"Hoy, tanto el usuario de éxtasis como el de marihuana, son víctimas de una legislación que los pueden hacer terminar una noche en una comisaría, y que conlleva a que no tengan la información necesaria para que su consumo tenga el menor riesgo posible", remarcó Silvia Inchaurraga, directora del Centro de Estudios Avanzados en Drogadependencia y Sida (Ceads) de la Universidad Nacional de Rosario e integrante de la Asociación de Reducción de Daños de la Argentina (Arda), que conjuntamente con la Asociación Rosarina de Estudios Culturales convocaron ayer a una nueva edición de la Marcha Mundial por la Marihuana.
La movilización se lleva adelante en ciudades de todo el mundo desde 1999 exigiendo la regulación del uso del cannabis. Sin embargo, a pocas semanas de la muerte de cinco jóvenes por consumo de drogas sintéticas en Capital Federal, la especialista insistió en su discurso en la urgencia de "debatir una nueva política de drogas".
Convocados en la plaza San Martín, los usuarios, pero también profesionales y madres que reclaman por la regulación del uso medicinal de la marihuana, marcharon en reclamo de una modificación en la ley de drogas que despenalice el consumo personal.
Esa fue sólo una de las exigencias. Un plan de información, prevención, asistencia y reducción de daños que sea público, universal y gratuito; el desarrollo de investigaciones científicas sobre los usos terapéuticos del cannabis, la no persecución penal al autocultivo y el cese de la discriminación a los usuarios de drogas, también estuvieron entre los ejes de los reclamos.
La marcha, que tiene a Rosario como una de las ciudades pioneras en movilizarse todos los primeros sábados de mayo, recorrió la peatonal hasta el Monumento y el sector del parque fue el escenario de los discursos y donde la movilización se extendió hasta entrada la tarde.
Sin debate. Para Inchaurraga, integrante de una de las organizaciones convocantes, "este año y a sólo una semana de una fiesta electrónica en la ciudad que terminó con 20 detenidos por tenencia para consumo personal, queda demostrado la necesidad y la urgencia de debatir una nueva ley de drogas".
La especialista, una de las oradoras de la manifestación, recalcó que "esto muestra que son los pibes los que siguen pagando las deudas de las políticas públicas y las políticas sanitarias".
En esa coyuntura y a semanas de las muerte de cinco jóvenes en una fiesta en Capital Federal por consumo de drogas sintéticas, el debate quedó abierto y se extendió esta vez más allá de la marihuana.
"En el escenario actual el reclamo tiene más vigencia que nunca", recalcó Inchaurraga, y reclamó además por "la legitimidad del abordaje de reducción de daños, que justamente significa entre otras cosas, garantizar derechos e información, acceso al sistema de salud para quien consuma y sin que sea juzgado".
Sobre la penalización, la especialista recordó que fue en 2009 que la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a través del fallo Arriola, se pronunció por la inconstitucionalidad de la penalización para el consumo personal. "Pese a eso, de los proyectos que están en el Congreso de la Nación, sobre todo los presentados en la última década para la modificación del artículo 14 de la ley de drogas, ninguno fue debatido", apuntó.