La Unidad Fiscal de Delitos Económicos dio a conocer hoy detalles de la estafa que por un monto millonario llevó adelante el titular de la firma Dimare SRL, Jonathan Fabián M., de 30 años, sobre quien pesa un pedido de captura internacional, y destacó la complejidad de la operación que causó un perjuicio estimado en 30 millones de pesos a las víctimas de maniobra delictiva.
"La estafa fue realizada por un grupo de personas que se tomaron mucho tiempo de preparación y con una planificación bastante puntillosa consistente en fundar una empresa con el solo objeto de estafar a otras empresas, proveedores y personas", explicó hoy el fiscal Sebastián Narvaja, en una conferencia de prensa en los tribunales provinciales rosarinos.
Narvaja explicó que "compraban mercaderías pagándoles con cheques diferidos, todo durante un periodo de sesenta días, haciendo los cálculos que le permitieron cuando los cheques empezaban a llegar a su fecha de cobro levantaron todo del espacio donde estaban funcionando y desaparecieron", y detalló: "Una vez que empezaron a entrar los cheques empezaron a salir rebotados porque la cuenta no tenía fondos".
Asimismo, señaló que la firma no tenía ningún objetivo comercial más que "estafar gente", y añadió: "En ningún momento funcionó de manera lícita y que luego cambió de cometido", explicó el "Lo que tenemos constatado al día de hoy es que siempre desde un inicio funcionó como una plataforma para estafar gente".
"No tenemos la información precisa sobre qué montó podría haber incluido la estafa en general", admitió Narvaja, al ser consultado sobre la magnitud de la defraudación, y especificó: "La información que tenemos, a raíz de las denuncias que los damnificados, han acreditado un daño de 30 millones de pesos".
"En varios casos la estafa comenzó dando un cheque, que se cubría con fondos suficientes, y detrás de eso venía una compra mucho mayor que era pagada con un cheque de pago diferido que no tenía fondos", indicó Narvaya, quien contó que la empresa contaba con una sede, folletería, página web y referencias comerciales de firmas reales pero con teléfonos falsos que ellos mismos atendían.