La semana que hoy concluye empezó con una bomba en el ámbito hockístico cuando se supo que Carla Rebecchi, nada menos que la capitana de Las Leonas, anunció que no seguirá jugando en el seleccionado. El impacto fue fuerte, no por conflictivo, sí por sorpresivo. A unos días de que el equipo argentino retomase los entrenamientos, Carla hizo conocer su decisión a través de una carta que publicó en la red social Twitter. Los motivos, sin mayores detalles, apuntan a poner las prioridades por fuera del seleccionado mayor en el que jugó 14 años. Así, a los 32, Rebecchi dijo adiós. Y la baja es sensible por varias cuestiones. A saber: ¿qué pierden Las Leonas con la despedida de la delantera?
Carla heredó la cinta en agosto de 2015, a un año de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y tras la desafectación de la entonces capitana Macarena Rodríguez. En aquel momento mantuvo un mano a mano con Ovación en el que dijo que "es una responsabilidad y un orgullo ser la capitana de este equipo. Voy a tratar de hacer lo mejor desde este lado (...) La selección tiene que seguir manteniendo sobre todo la humildad, el sacrificio y el respeto, valores fundamentales para seguir estando entre las mejores del mundo". En la misma entrevista reconoció que si bien tuvo tres capitanas en Las Leonas (Rodríguez, Lucha Aymar y Magdalena Aicega), fue la de Aicega la que más la marcó. Durante el año que Rebecchi llevó la cinta, del seno de Las Leonas no se desprendieron conflictos públicamente. Claro que la tormenta había pasado por fragmentación de grupo y diferencias con la dirigencia entre las "gestiones" de Lucha y Maca. Pero Carla mantuvo la casa en orden.
2- A una líder de perfil silencioso
Carla era hasta su salida una de las más grandes del plantel junto a Noel Barrionuevo y Belén Succi. Siempre asumió la responsabilidad, especialmente en los momentos críticos adentro de la cancha y entregó lo mejor. Es difícil encontrar un partido "malo" de Rebecchi. Esa enjundia le servía para arrastrar al resto. Si aún en partidos en los que Las Leonas no veían la salida ella empujó y empujó. Feliz en la victoria, dando la cara en la derrota, nunca Rebecchi esquivó el lugar que le reservaba ser capitana: el de la palabra. Dio la cara siempre. El actual plantel con 14 juniors queda algo desprotegido. Noel está desafectada y sólo queda Belén de la camada juvenil que jugó el Mundial de Chile 2005 y que dio base al equipo mayor campeón del mundo en 2010. De una camada intermedia se erigen para influir desde la experiencia Delfina Merino, Rocío Sánchez Moccia y Martina Cavallero. Ninguna con la estirpe ni el peso de Carla.
3- A la goleadora
Cuando en 2004 la legendaria Vanina Oneto le ponía fin a su carrera en Rosario en el Champions Trophy, Carla emergía en aquel plantel. Y en cierta manera ya le caía una gran responsabilidad, la de hacer que no se extrañe a la rubia Nº 9. Entonces, Carla convirtió, se colgó la primera medalla en este torneo (bronce) y mostró credenciales. Transcurrió mucho tiempo compartiendo el ataque con distintas jugadoras. Alejandra Gulla y Soledad García fueron las figuras más fuertes que estuvieron a su lado, así que en ese marco "se crió Carlita". Rápidamente se hizo fama de artillera y marcó goles de todos los colores. Es muy recordado aquel que hizo en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en el 2 a 0 sobre el local Gran Bretaña, arrastrándose sobre la línea de fondo, caída entre dos rivales para empujar la pelota al arco. Ni hablar de lo que hizo en 2010 en Rosario: la rompió en todo el torneo, pero hizo 2 de los 3 goles con los que Argentina le ganó a Holanda (3-1) para consagrarse campeona ecuménica por segunda vez en su historia. El año pasado fue la goleadora en el Champions Trophy de Londres en el que también festejó Argentina y elegida mejor jugadora. En el último tiempo fue ella la referencia absoluta del ataque y se entendió muy bien con Delfina Merino.
4- A un ejemplo de superación constante
Desde que inició en Las Leonas a Rebecchi se la vio crecer torneo a torneo. Suelen decir sus compañeras que genera admiración porque "entrena como juega", es decir, con toda la intensidad posible que le permite su humanidad. Por estos días, los mensajes de despedida de otras Leonas o ex Leonas hicieron hincapié en eso. Dijo Carla que no le gustaba no poder estar al 100 por ciento, pero hubo momentos en los que la selección la necesitó en cancha y aún disminuida físicamente jugó haciendo lo imposible. Las articulaciones, el desgaste y la exigencia del alto rendimiento venían castigándola, especialmente en una rodilla. Aun así no aflojó. Fuera de la cancha, respetuosa siempre y cercana al público. Predispuesta, reconocedora de los roles.
5- A la principal referencia en las ejecuciones de córner corto
Precisamente relacionado con los puntos anteriores esta este. Porque Rebecchi hizo goles de todo tipo, pero también supo darle a la selección su especialización en arrastrada de córner corto. Era sabida su faceta, perfeccionada con la ayuda de su marido especialista en la materia, Jorge Lombi, pero comenzó a explotarla en Las Leonas en el Champions Trophy 2014 de Mendoza, donde no hubo arquera a la que no le rompiese el arco por esa vía. Convertida en la primera opción para la jugada fija, con esta salida Argentina queda preocupada. Noel Barrionuevo era la otra que tiraba, pero fue desafectada. Julia Gomes Fantasia no tuvo grandes oportunidades y Silvina D'Elía dejó un hueco en la especialidad cuando renunció. De las juniors recién incorporadas al plantel superior Sofía Toccalino y Agustina Gorzelany son dos nombres que podrían hacer disimular la carencia.
Rebecchi decidió irse por motivos personales, justificados, entendidos e impostergables. Por eso su partida es incuestionable. Es imposible que alguien se lo pueda recriminar. Carlita fue y será, indefectiblemente, una referencia de la última década, ejemplo de esa esencia leonina que mamó desde chica y que llevó como bandera incluso en los momentos más complicados. Los goles, las medallas, los títulos y las presencias ya son meros números en la estadística, aunque demasiado elocuentes para describir la figura que se va y que Argentina va a extrañar. Al menos hasta que se acostumbre a la ausencia gigante.