Jesús Machado fue asesinado en abril con un disparo calibre 40 que atravesó la pared de chapa de su habitación y le dio en la cabeza mientras dormía. El ataque fue ejecutado desde un pasillo, donde se apostaron dos personas que tiraron más de ocho disparos a ese sector de su casa de barrio Las Flores. "Escuché una explosión y le grité a mi hijo que se tirara al piso, pero no reaccionaba", contó su madre, quien vio que "por el pasillo se iban dos personas, uno en silla de ruedas agarrado a otro en bicicleta con un revólver de color negro en la mano". Ese testimonio se leyó ayer en la audiencia donde dos vecinos del barrio, uno de ellos en silla de ruedas, fueron imputados del crimen y quedaron en prisión.
El fiscal Rafael Coria atribuyó la muerte de Machado a una disputa por la venta de drogas, ya que un testigo de identidad reservada declaró que la víctima "vendía" para uno de los acusados y se había quedado con estupefacientes y una pistola 9 milímetros. La familia (que el 18 de mayo perdió a un hermano de Jesús, Ismael Machado, en otro homicidio) adjudicó el ataque al intento de los agresores por apropiarse de la vivienda que pertenece a la madre de las víctimas. Los dos motivos fueron esgrimidos en la audiencia en la cual quedaron implicados como coautores de un homicidio agravado por el uso de arma y la portación de un arma calibre 40.
La jueza Irma Patricia Bilotta dispuso que los detenidos Mario Iván M., de 34 años; y Emanuel Jesús Z., de 32, queden en prisión preventiva debido a que ambos cuentan con antecedentes penales. El primero fue condenado por un hecho de robo calificado el 22 de junio de 2010. En ese incidente fue "herido de bala por un policía" y sufrió un daño en la médula espinal que le impide caminar. Por eso se consideró que sufrió una "pena natural" y no le impusieron años de encierro. Z., en tanto, fue condenado el 2 de marzo pasado a 6 meses de prisión por robo simple en un acuerdo abreviado.
Cuestionamientos. El defensor de ambos, Leopoldo Monteil, reclamó la prisión domiciliaria para ambos, sobre todo en el caso de M. en razón de su discapacidad y la necesidad de contar con asistencia cotidiana. Pero la jueza, tras escuchar testimonios que afirman que en realidad puede caminar, dijo que no le consta la situación de salud del imputado y pidió informes médicos antes de expedirse sobre el beneficio. Mientras tanto ordenó que permanezca en una unidad penitenciaria que cuente con enfermería.
El defensor además cuestionó la calificación de homicidio cuando "no está acreditado" que los agresores "supieran que la víctima estaba adentro" y tildó de "disparatado y prodigioso" el escape narrado por la madre de la víctima.
Los acusados fueron detenidos el jueves en dos casas vecinas del pasaje Lirio al 1900, en barrio las Flores. Si bien entonces se mencionó que eran integrantes de la banda de Los Monos nada de eso se dijo en la audiencia, donde sí se vinculó el crimen a la venta de drogas.
Acusaciones. El fiscal Coria los acusó de ser los tiradores que el 27 de abril pasado, entre las 15.30 y las 16 entraron por un pasillo lindero a la casa de Heliotropo 2080 y "con clara intención de dar muerte a Machado, ambos dispararon contra la pared de chapa de su habitación, conociendo la distribución interna de la vivienda"; y que la víctima dormía allí tras una reunión con amigos en el patio de su casa. Un proyectil calibre 40 le impactó en la cabeza y le provocó destrucción de masa encefálica. A los ocho días murió en el Heca.
"A las 15 mi hijo se fue a dormir y como estamos los dos en una sola pieza yo me quedé mirando la tele. Sentí una explosión y creí que era la tele. Me asusté. Como escuché más disparos me tiré al piso y grité: «Jesús, Jesús». Los tiros no paraban. Me acosté al lado de él pero no reaccionaba. Estaba bañado en sangre", declaró la mamá del joven de 26 años. Luego corrió hasta el pasillo y, a una distancia de un metro y medio, vio salir a los agresores. "Pasaron por al lado mío pero bien rápido. Los vecinos me dijeron que el de la silla de ruedas era Iván M. y que al de la bici le dicen Bebote", contó la mujer.
"Tiró muchos tiros, como para matar a todos", planteó, y agregó que dos semanas antes la habían baleado a ella desde una moto. La mujer contó que el problema se remonta a un tiempo atrás, cuando un problema de salud la mantuvo fuera de su casa y la vivienda quedó al cuidado de Jesús y otro hijo: "Iván quería que Jesús le vendiera mi casa. El le dijo que no, porque era mía y porque no tenía adonde vivir. Desde entonces lo amenazaban que lo iban a matar si no la vendía".
Cuando ocurrió el crimen en la casa también estaba durmiendo un hermano de Jesús. El muchacho contó que un rato antes habían estado comiendo hamburguesas en el patio y decidieron irse a dormir. Alrededor de las 15.15 escuchó ruidos en el pasillo. "Yo dormía en la habitación de al lado. Le habíamos hecho agujeros a la chapa para poder ver hacia el pasillo. Vi a Bebote que empujaba la silla de Iván, que le dicen El Inválido", relató. Según dijo, al llegar frente a la pieza de su hermano, Iván M. "se paró y empezó a disparar". Tanto él como dos hermanas y un tío apuntaron que este hombre "anda en silla de ruedas pero no es inválido".
Por último declaró un testigo de identidad reservada que aludió a otro de los móviles del ataque. "Ese día a las 14.30 estuve en la casa de Jesús con su hermano y dos pibes más. Estábamos en el patio los cuatro fumando marihuana y a la media hora cada uno se fue a su casa. Escuché como diez disparos —relató—. Iván le daba para que venda droga a Jesús pero él le sacó droga y una 9 milímetros. Jesús mismo me contó la bronca esa que tenía, venía de hace como tres meses".