El Papa Benedicto XVI dijo que el uso de los preservativos puede justificarse en
algunos casos, como en el de los hombres que se dedican a la prostitución cuando recurren a ese
método anticonceptivo para impedir la propagación del virus que causa el sida.
La postura del pontífice está contenida en una entrevista con un
periodista alemán que sirvió para la elaboración del libro “Light of the World: The Pope, the
Church and the Signs of the Times” (“Luz del Mundo: El Papa, la Iglesia y las señales
de los tiempos”).
Las inesperadas declaraciones del Pontífice forman parte de una
conversación más amplia con el periodista Peter Seewald que recoge ese libro que saldrá a la venta
pasado mañana. Algunos de los conceptos de Joseph Ratzinger fueron adelantados ayer por el diario
vaticano L’Osservatore Romano. Todos los medios italianos han recogido enseguida con grandes
titulares el aparente viraje en un aspecto tan polémico y trascendental como este.
Es la primera vez en la historia milenaria de la Iglesia que un
Pontífice abre la puerta al uso del preservativo, aunque en circunstancias
“singulares”. Siempre en el contexto de la lucha contra la pandemia del sida, el jefe
de la Iglesia Católica pone como ejemplo de “caso justificado” el de la prostituta que
“utiliza un preservativo y éste puede ser el primer paso hacia una moralización, un primer
acto de responsabilidad para desarrollar otra vez la conciencia del hecho de que no todo está
permitido y que no se puede hacer todo lo que se quiera”. Sin embargo, añade el Papa alemán
“ésta no es la manera verdadera para ganar al VIH. De verdad es precisa una humanización de
la sexualidad”.
Ratzinger, en todo caso, arremete contra la “banalización de la
sexualidad” que en su opinión acarrea el sexo con preservativos. “Centrarse sólo en el
preservativo significa banalizar la sexualidad. Esta banalización representa la peligrosa razón por
la que muchas y muchas personas han dejado de ver en la sexualidad la expresión de su amor, sino
sólo una suerte de droga, que asumen por sí mismos. La lucha contra la banalización de la
sexualidad forma parte del esfuerzo para que la sexualidad sea evaluada positivamente y pueda
ejercer su efecto positivo en el ser humano en su totalidad”, señaló el Papa.
La entrevista que Ratzinger concedió a Seewald y que estará en las
calles el martes bajo el título “Luz del mundo”, abarca muchos temas, además de la
sexualidad. Por ejemplo el Pontífice confiesa haberse quedado “por completo anonadado”,
conforme iban llegando las noticias sobre los abusos de menores por parte de algunos curas.
“Las dimensiones del escándalo fueron un verdadero shock. Ver como la institución del
sacerdocio acababa ensuciada, y con ella la misma Iglesia Católica, ha sido algo difícil que
soportar”.
Contesta también a las críticas que ha ido recibiendo desde su subida a
la silla de San Pedro. “Sabía que la atmósfera no siempre iba a ser gozosa. Era evidente
considerando la actual coyuntura mundial, con todas las fuerzas de destrucción que existen, con
todas las contradicciones que viven en ella, con todas las amenazas y los errores. Si hubiera
cosechado sólo consensos, me debía preguntar si de verdad estaba difundiendo el Evangelio”,
aseveró.
Entre las singularmente significativas declaraciones que hizo Ratzinger
en el reportaje se cuenta su aseveración de que “si un Papa tiene capacidad “física,
psicológica y espiritual” para cumplir su trabajo, entonces tiene el “derecho, y en
algunas circunstancias, la obligación de renunciar”.