Por la manchega llanura
El principal encanto de Toledo es sin duda el Alcázar, su joya histórica y una muestra cultural de España. En la parte más alta de la ciudad y dominándola, está el Alcázar que fue mandado construir por el emperador Carlos V, para tener una residencia digna de tal monarca, aunque no se llegó a utilizar como residencia real, al trasladar Felipe II la Corte a Madrid.
26 de febrero 2017 · 00:00hs
El principal encanto de Toledo es sin duda el Alcázar, su joya histórica y una muestra cultural de España. En la parte más alta de la ciudad y dominándola, está el Alcázar que fue mandado construir por el emperador Carlos V, para tener una residencia digna de tal monarca, aunque no se llegó a utilizar como residencia real, al trasladar Felipe II la Corte a Madrid.
Ha tenido diversos usos a lo largo de los siglos, aunque sin duda el que más se recuerda es el papel que representó en la Guerra Civil española, cuando resultó casi totalmente destruido. Actualmente alberga el Museo Nacional del Ejército.
Ejemplos de que en esta ciudad convivieron junto a los cristianos, los musulmanes y los judíos, son la Mezquita del Cristo de la Luz y las Sinagogas de Samuel ha-Leví o del Tránsito y la de Santa María la Blanca. Un reporte de Enrique Sancho, para Open Comunicación, remarca que también hay que disfrutar del Jardín Sonoro, un espacio abierto que recrea los sonidos de la vida en las callejuelas de la antigua Judería de Toledo; con voces en ladino, sonidos domésticos y públicos envueltos en una melodía sefardita.
En la ciudad de Toledo hay muchos tesoros ocultos que con un poco de curiosidad se pueden descubrir, como sus patios. El patio toledano forma parte de la herencia patrimonial de antiguas civilizaciones, como romanos y árabes. Sin embargo el tradicional patio toledano tiene su máximo precedente en la cultura árabe, donde las casas y palacios se ordenaban en torno a este espacio.
Casi todos los edificios y monumentos del Casco Histórico de Toledo cuentan con un patio lleno de plantas, cerámica y fuentes, entre otros elementos decorativos, que pueden visitarse, especialmente durante las fiestas del Corpus Christi, cuando muchos se engalanan. Se da en Toledo una rareza arquitectónica, y es que bellos e históricos edificios se entremezclan con los usos y costumbres de la actual ciudad moderna y es habitual que esconda construcciones con siglos de antigüedad que se han incluido poco a poco, recuperado para su intervención en la vida del nuevo milenio.
Un ejemplo de esta circunstancia son los Cigarrales, cortijos otrora usados como casas de recreo por la burguesía toledana y hoy día reconvertidos en vergeles de paz en las riberas del Tajo, especialmente al sur de la ciudad.