El gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, tildó de "inaceptables" las declaraciones de su antecesor,
Antonio Bonfatti, quien comparó al presidente Mauricio Macri con el líder nazi Adolf Hitler, según reflejó La Capital en su edición de ayer. Y, tras considerar esas palabras de "una soberbia incomprensible", aclaró que "no expresan de ninguna manera el sentimiento del Partido Socialista (PS) ni de sus dirigentes". Una controversia que, a sólo diez días de las elecciones generales, además de detonar una dura reacción de
Cambiemos sumió en una inesperada conmoción al Frente Progresista (FPCyS), que pugna por revertir su mala performance en las primarias de agosto pasado.
Bonfatti, en tanto, tuvo que disculparse ayer frente a los fuertes reproches de propios y de dirigentes de Cambiemos, espacio desde donde lo acusaron de "despreciar la memoria de la Shoá (Holocausto)". Además, el Inadi inició una actuación de oficio, mientras que referentes de la comunidad judía en la Argentina potenciaron los rechazos (ver página 9).
Un día antes, el ex gobernador y actual titular a nivel nacional del PS había enfatizado: "El pueblo se equivocó con Hitler y ahora se equivoca con Macri". Ya en el ojo de la tormenta, el también presidente de la Cámara de Diputados provincial ofreció sus "más sinceras disculpas".
"Las afirmaciones de Bonfatti no expresan de ninguna manera el sentimiento del Partido Socialista ni de sus dirigentes. Mucho menos el mío, como gobernador de Santa Fe", expresó Lifschitz en un comunicado publicado a través de las redes sociales.
En esa línea, el jefe de la Casa Gris consideró "absolutamente inaceptable afirmar que el pueblo se equivoca, que no sabe elegir, y es de una soberbia incomprensible en un dirigente del Partido Socialista".
Luego advirtió que es "mucho más grave, incluso, afirmar que un presidente democrático es igual a un genocida y a un dictador de los más tremendos que ha conocido la historia de la humanidad".
"Quiero creer que las afirmaciones de Bonfatti fueron hechas en un momento de obnubilación, porque son expresiones que no solamente no pueden ni deben decirse públicamente sino que ni siquiera pueden representar el pensamiento de un dirigente democrático y respetuoso de las diferencias políticas, del pluralismo y de la diversidad", añadió.
Durante una charla que ofreció el martes en la Asociación Empleados de Comercio (AEC) de Rosario, Bonfatti, al pedirles a los santafesinos que reflexionen sobre su voto para las legislativas del 22 de octubre próximo, aseveró: "De joven creía en ese concepto que dice que el pueblo nunca se equivoca. Pero se equivocó con Hitler y ahora se equivoca con Macri".
En sintonía con Lifschitz, el secretario general del PS santafesino, Enrique Estévez, aclaró vía Twitter: "Promuevo el respeto irrestricto por la convivencia democrática, que es un valor irrenunciable de nuestro partido. No coincido con ninguna posición política que cuestione la voluntad expresada por la ciudadanía en elecciones".
Poco antes de la difusión del comunicado del gobernador, Pablo Javkin, candidato a concejal del FPCyS, también había apelado a Twitter para tomar distancia del ex mandatario provincial. "La comparación de Bonfatti es una barbaridad. La democracia costó mucho y es sagrada para los argentinos. Lo que dijo no representa nuestros valores y convicciones", subrayó el actual secretario General de la Municipalidad de Rosario.
A su vez, la ola interna de repudio sumó a la diputada nacional Alicia Ciciliani. "Como socialista, humanista y mujer acuerdo con las declaraciones de Lifschitz. La democracia es sagrada", argumentó la legisladora.
El ida y vuelta entre Bonfatti y Lifschitz pareció potenciar las diferencias en el oficialismo que habían quedado en evidencia escasos días después de las Paso, cuando el gobernador convocó a un cónclave para arengar a la militancia tras la magra cosecha de votos, especialmente en Rosario, el histórico bastión del socialismo.
"Nos jugamos el futuro de nuestro gobierno", les advirtió Lifschitz a funcionarios, segundas líneas y las bases, al tiempo que reclamó más compromiso y presencia en los barrios para revertir la derrota.
Por entonces, en el entorno del mandatario santafesino centraron los cuestionamientos en Bonfatti por su escaso protagonismo en la campaña. Y del lado del ex gobernador replicaron con una hipotética decisión de desplazarlo de la actividad proselitista.
No obstante, Lifschitz y Bonfatti parecieron acordar una tregua y el diputado provincial Rubén Galassi (hombre de confianza del ex mandatario) quedó al frente de la campaña para las legislativas.
Pero la puja interna no deja de sumar hitos en su línea de tiempo, además de acrecentar la complejidad de los días por venir para el oficialismo santafesino.