Funcionarios del gobierno señalaron ayer que tras la "frustración muy fuerte" que generó la negativa del peronismo a tratar en la Cámara alta el proyecto de reforma política, el Ejecutivo aún mantiene la esperanza de que haya "debate" porque la iniciativa "no se cayó" sino que fue "bloqueado por un senador kirchnerista".
Así lo indicaron ayer el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el secretario de Asuntos Políticos e Institucionales del Ministerio del Interior, Adrián Pérez, quienes además obtuvieron el apoyo del gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, quien dijo que "debía haberse dado el debate" (ver aparte).
Peña ratificó la convicción del gobierno en lograr la aprobación de la iniciativa y sostuvo que hay que "seguir peleando por muchísimas reformas que hacen falta en Argentina".
Y, aclaró que no vale decir que ya cayó el proyecto oficialista porque, dijo, "caído es cuando se rechace en las dos Cámaras y eso no ha pasado, de hecho una de las cámaras ya lo aprobó".
"Seguiremos buscando consenso, dialogando, pidiendo que den el debate; de última que despachen el proyecto de (Juan Manuel) Abal Medina, que es distinto al nuestro pero que den voluntad de diálogo", reclamó Peña, quien dejó así la puerta abierta para trabajar en conjunto en un proyecto intermedio como el propuesto por Abal Medina y Omar Perotti, que incluye el voto con impresión electrónica pero deja sin efecto la incorporación de un chip a las boletas.
Para Peña, "la reforma política no se cayó" sino que "está bloqueada por un senador kirchnerista (en posible referencia a Abal Medina) que no quiere dar el debate porque la mayoría de los gobernadores se ha manifestado a favor".
Tras remarcar en que "la Cámara de Diputados y la sociedad se han expresado a favor" de la reforma del sistema electoral, insistió con su pedido de consensuar un proyecto y dijo que para eso hay "tiempo hasta el 30 de diciembre".
"Seguimos diciendo que tenemos tiempo hasta el 30 de diciembre, vamos a seguir esperando el debate", dijo, y advirtió que si no es este año "seguirá más adelante avanzando en la vocación de transformar el sistema electoral de los argentinos".
Frustración. Por su parte, Adrián Pérez reconoció que "para nosotros fue una frustración muy fuerte" el rechazo del sector kirchnerista en el Senado porque EM_DASHdijoEM_DASH "el proyecto del gobierno nacional tendía a la transparencia, mayor agilidad al proceso electoral y hacíamos más equitativa la competencia electoral".
Pérez adjudicó el fracaso en el Senado a la actitud de los gobernadores, que "se pusieron muy firmes en no cambiar nada".
Con resignación, el funcionario nacional repasó los motivos que llevaron a que el proyecto del Ejecutivo quedara, por el momento, sepultado: "Algunos gobernadores se pusieron muy firmes en no cambiar nada, y para nosotros fue una frustración muy grande. Hubo muchos gobernadores que se manifestaron a favor de la reforma. Pero otros que no estaban dispuestos a aceptar ningún cambio, y esa es la posición que ganó", explicó.
Mal clima. Además, el secretario de Estado cargó las tintas contra los senadores de la oposición, a los que responsabilizó por generado un "clima de hostilidad y agresividad" hacia quienes opinaban a favor del voto electrónico durante el debate en comisión, y por no haber convocado a la reunión a técnicos informáticos que no estuvieran "muy en contra" de la iniciativa.
"El clima para aquel que opinaba a favor era muy hostil en la comisión y mucha gente no quería estar expuesta a esa situación.
Nadie convocó en el Senado a otra gente que no sea la que estaba muy en contra. Cuando hicimos las reuniones previas había mucha gente que estaba a favor y que no está muy acostumbrada a un clima de hostilidad y agresividad que se dio", consideró.
Pérez acusó a la oposición en el Senado de no haber tenido "voluntad" política para consensuar un "texto alternativo" y por haber elegido el "peor camino", que fue suspender el debate este año.
"Pudo haber errores en el proceso. El proyecto venía avanzando bien, lo que falló fue convencer al bloque FpV-PJ", reconoció.