En esa línea, el intendente de Santa Fe tampoco se priva de lanzar reproches al oficialismo provincial: "El socialismo no comprendió que la gente reclamaba una renovación en el modo de encarar los problemas". Y echa por tierra toda chance de sumar al senador nacional Omar Perotti a la coalición que integran el PRO y la UCR. "Es uno de los legisladores que más apoyó al kirchnerismo y hoy tiene una pertenencia al Frente Justicialista", argumenta.
—Se reanuda la campaña y el presidente Mauricio Macri parece haber fijado a Santa Fe como una prioridad.
—Con la del miércoles pasado, es la 11ª visita de Macri como presidente y refleja una gran diferencia con el período anterior, sin una relación fluida entre la Nación y la provincia. Y regresará sobre el cierre de campaña a Rosario y la ciudad de Santa Fe. También vendrán los ministros y el jefe de Gabinete (Marcos Peña). El foco está puesto en la provincia porque hay que ratificar el cambio con contundencia, seguir convenciendo santafesinos para que se sumen a este proyecto.
—La reciente visita a Rafaela despertó suspicacias sobre un posible acuerdo con Perotti?
—En Rafaela estuvimos todos los sectores políticos y lo normal es que las cosas sean así, incluso en una etapa cercana a las elecciones. El presidente incorpora en sus actividades o visitas a gobernadores e intendentes, más allá de los colores políticos.
—¿Desestima la posibilidad de sumar sectores peronistas a la coalición con el PRO?
—En el caso de Perotti, además de integrar el PJ, es uno de los legisladores que más apoyó al kirchnerismo en su momento y hoy tiene una pertenencia al Frente Justicialista y, seguramente, votará a Agustín Rossi en octubre. No veo la posibilidad de confluir en un mismo espacio. Además, él tiene su propia propuesta, incluso de cara a 2019. Lo que no quiere decir que podamos trabajar juntos priorizando los temas de la provincia y el país.
—El pase a Cambiemos de la número dos de la lista de Jorge Boasso detonó una áspera controversia...
—Es una decisión de Paola Rasadore que todos valoramos. Conseguir más apoyo para el cambio que se produce en el país es muy bueno. No hay otra cosa y las lecturas más complejas hablan, en todo caso, de quien las realice. Con el resultado en mano, ella comprendió que hay que evitar la tapa del lunes reflejando que el justicialismo ganó en Santa Fe. Para eso, todos tenemos que respaldar la lista de candidatos a diputado nacional que encabeza (Albor) Niky Cantard.
—Pero Boasso lo responsabilizó a usted. "A Rasadore la compró Corral", dijo el candidato.
—Tal vez esa frase hable más de él que de mí. No tengo ningún otro comentario al respecto.
—¿Otros radicales podrían pegar el salto?
—Percibo en las recorridas por distintos puntos de la provincia, también en Rosario, que el electorado que confió en el radicalismo como herramienta de democratización en otro período, e incluso que creyó en el Frente Progresista en su momento, ya decidió votar a Cambiemos, más allá de los que hagan los dirigentes. Y eso es lo que, tal vez, no comprendió el socialismo, que la gente reclamaba una renovación en el modo de encarar los problemas. Si la dirigencia no entiende eso, le irá mal en los comicios. El electorado que quiere progresar y que el país mejore ya definió que la opción adecuada es Cambiemos.
—¿La proyección electoral positiva del oficialismo no colisiona con un caso como la desaparición de Santiago Maldonado, que talla con fuerza en la agenda política?
—No tiene nada que ver con la elección la situación de Maldonado, que todos queremos que aparezca con vida y que, me consta, el gobierno nacional está haciendo los mejores esfuerzos para dilucidar qué es lo que ocurrió en Esquel (Chubut). Por el contrario, quien haya intentado transformar este tema en una bandera electoral, perderá votos. Es evidente que el caso no está ligado a la desaparición forzada de personas que vivimos durante la última dictadura militar. Pretender vincular a la gestión de Macri con una dictadura es algo tan lejano a la verdad que termina perdiendo votos quien lo afirma.
—¿Continuarán los roces con la administración de Miguel Lifschitz?
—Mi disposición es la mejor y en Rafaela hablamos con Lifschitz al respecto. La gente no nos eligió para que estemos peleando sino para que cada uno, desde su lugar, cumpla con su rol. Obviamente, hay una mirada diferente de lo que está ocurriendo en el país, pero eso no nos tiene que impedir realizar nuestra tarea y colaborar.
—Días atrás, Ricardo Alfonsín aseguró que usted alejó al radicalismo de su ideario.
—Es evidente que Ricardo no está cómodo en Cambiemos. Por eso vino a la provincia a apoyar a candidatos de otra coalición (Frente Progresista). Mi conciencia está muy serena porque pusimos nuestros mejores esfuerzos en consolidar un gobierno nacional que viene llevando adelante una transición del populismo a la República. Algo que considero tan importante para el país como lo fue el paso del autoritarismo a la democracia que, en su momento, lideró su padre, Raúl Alfonsín. Tanto los propios radicales, como el resto de los argentinos, juzgarán quién tiene razón.