Elisa Carrió se enteró que en el ARI-CC santafesino empezaron una campaña de afiliación para el Frente Progresista (FPCyS) y montó en cólera. Ella sostiene que ahora volvió a recuperar mayoría en ese partido y, para hacerla valer, armó una línea interna que llamó Espacio Carrió (cuyos referentes en la provincia son Lucila Lehmann y Ezequiel Alfieri). Como un vendaval, visitó la ciudad de Santa Fe el viernes y sábado pasados y reunió a seguidores, hizo una charla abierta que convocó a más de mil personas en un día frío y con lluvia y se entrevistó con el empresariado local.
Insistió en que forma parte de Cambiemos y que apoya el gobierno de Mauricio Macri, aunque aclaró que no cualquier cosa ni que se callará cuando tenga que denunciar algo. "Viste que desapareció Daniel Angelici y, además, los salvé de Ricardo Etchegaray, quien estaba trabajando para meter preso a Macri desde la Auditoría General de la Nación (AGN)", dijo a modo de ejemplo. Y enfatizó que no se irá de la coalición oficialista.
Asimismo, buscó marcarles la cancha a Pablo Javkin, titular del ARI-CC, y a Antonio Bonfatti. Aunque también al radical José Corral, a quien le anticipó que si quiere ser candidato a gobernador de Cambiemos en 2019, deberá ir a internas con su propio candidato, cuyo nombre reveló a La Capital: el diputado nacional Luciano Laspina (PRO).
—Usted dijo en la charla abierta que dio en Santa Fe que Javkin le robó su partido político.
—Lo que dije es que somos un partido democrático. Cuando fui derrotada, la verdad es que fui marginada totalmente del partido. Asumió la presidencia Pablo y yo no podía estar. Estaba en asambleas detrás de las vallas.
—¿Eso fue en el ARI-CC?
—Sí. El se quedó con el partido, pero nosotros nos reconstruimos. Hoy somos mayoría dentro del partido. Este no es un partido no democrático, que sólo depende de Carrió. Al contrario: cuando fui derrotada me corrí, me cerraron todas las puertas, incuso en el instituto Hannah Arendt, pero ahora estamos todos juntos. Obviamente, con diferencias en Santa Fe.
—¿Cuáles son esas diferencias?
—Que el Espacio Carrió forma parte indudable de Cambiemos no del Frente Progresista. No lo va a ser más.
—¿Usted asegura que el ARI-CC deja de ser parte del Frente Progresista?
—Sí, por lo menos yo no formaré parte. Trabajaremos con otros partidos. Algunas fuerzas locales que existen o crear otros que puedan existir. El Espacio Carrió es de Cambiemos y hoy la CC de Santa Fe no es un espacio de Cambiemos sino del socialismo.
—¿Ustedes competirán con el socialismo?
—Obvio.
—Entonces, ¿cómo se resuelve esto de que la CC sea un espacio del socialismo?
—Como le decía, saldremos a afiliar desde el Espacio Carrió en la CC para Cambiemos.
—¿Piensa que tendrá éxito?
—Mirá, el viernes llovía y, para llegar al salón de la Rural, había que cruzar por el barro. Viste que no sólo desbordó de gente sino que mucha se tuvo que volver porque las personas de mediana edad o mayores no podían, como hicieron los jóvenes, escucharnos desde afuera y bajo la lluvia. Eso no es nada: está todo grabado, cómo reaccionó la gente cuando hablé del socialismo, casi como cuando hablé del kirchnerismo.
—¿Entonces?
—La gente quiere un cambio también en Santa Fe.
—Cuando usted dijo en el acto "me harté de que los socialistas me traicionen", ¿a qué se refirió?
—Electorales, por un lado, y de otras clases también.
—¿Cuáles son esas otras clases?
—Binner no solo conspiró, no estuvo en ningún acto y declaró que me votaba porque no se podía cortar boleta, para que Cristina Kirchner le ganara en 2007 a la fórmula que yo encabezaba, y en la que me acompañaba Rubén Giustiniani, sino que no quiso ver el avance del narcotráfico en la provincia y en su policía. Y, cuando me reuní con Bonfatti por ese tema, me di cuenta que la cosa era profunda. También dije que eran aburridos (se ríe). Eso es divino porque es verdad y les revienta que se los diga. Los peronistas son traidores, terribles, pero son divertidos.
—¿Qué es lo que usted quiere ahora en la provincia?
—Que el próximo gobierno de Santa Fe sea de Cambiemos.
—¿Cree que lo logrará?
—No me apurés porque te termino diciendo que ya lo logramos, y dos veces, pero dejalo así. Ahora vamos a trabajar con todo para que el próximo gobierno santafesino sea de Cambiemos, sin ninguna duda.
—Para ganar dentro de tres años y medio tiene que tener candidato y, en tan poco tiempo, no se fabrica uno de la nada. ¿Pensó ya en un nombre?
—Estoy viendo figuras muy importantes de Cambiemos.
—¿Cuáles son?
—Cité a Laspina, el actual presidente de la comisión de Hacienda y Presupuesto. Es un chico que tiene un futuro político enorme y es de una corrección increíble. ¿Sabés lo que es estar en la Cámara de Diputados de la Nación presidiendo una comisión como esa sin haber tenido experiencia legislativa previa? Y es una maravilla. Tiene aplomo, es negociador, es buena gente. Ya trabajó muy bien con la gente del PRO y en Rosario con Anita Martínez. Obviamente, me llevo bárbaro con Miguel del Sel. La verdad es que Cambiemos está destinada a convertirse en una alternativa de gobierno en serio, y espero que la gente del radicalismo esté acá, para gobernar de verdad entre todos a Santa Fe a partir de 2019.
—¿Entonces usted instaló a Laspina?
— A mi me encanta.
—¿Quiere que Laspina sea el candidato a gobernador de Cambiemos para suceder a Miguel Lifschitz?
—Para derrotar al socialismo.
—Con el radicalismo hay un problema porque Corral pretendería también ser candidato a gobernador.
—¿Cuál es el problema? Que haya una interna y listo.
—Y, en ese caso, ¿usted con quién estará?
—Está claro que respaldaré a Laspina si es candidato.
—Hay otro nombre con el que sorprendió en su charla y que era todavía inédito en la constelación de socialistas a los que viene castigando con dedicación: el de Rubén Galassi. ¿Por qué?
—Ocurre que hace 15 años estoy viendo en Rosario el avance del narcotráfico. Lo veía en lo barrios. Yo vengo siempre. He ganado en Rosario y sé que acá termina la ruta 34 y por el puerto salía mucha droga, o que era un lugar central para entrar a la zona de Zárate-Campana. Veía el tema del sábalo con empresas transportistas. La Hidrovía. Venía y me decían: "No pases por ahí que hay internas narcos". Cuando afirmaba eso, todos me decían que era una denunciante loca. Creo que Binner no quiso ver en realidad.
—¿Y por qué lo mete a Galassi?
—Estando en Fisherton me dicen: "Mirá, acá hay un hombre con un Rolls Royce, que es una cosa rarísima". Por más que Rosario sea grande, no lo es tanto para que alguien ande en un auto así. Era el rey de efedrina, Mario Segovia. Entonces, hubo una dejadez absoluta, se dejó hacer y hubo un compromiso muy grande entre la policía y el narcotráfico. Primero, "no se dieron cuenta". Hay lavado de dinero ostentoso, que es parte de todo el crecimiento de la ciudad en la costa. Yo les advertía y me trataban mal porque la ciudad se veía lindísima, pero no en los barrios periféricos, hasta que fue tarde.
—¿Para qué?
Para frenar la droga. Creo que ahí el compromiso de Bonfatti, que ya sabía bien de la cuestión, fue muchísimo menor. No creo que Lifschitz esté en esto ni tampoco su ministro de Seguridad (Maximiliano Pullaro). Cuando me entrevisté en un momento con Bonfatti, lo conocí a ese señor (Galassi), que me miraba con cara de odio, y me di cuenta que había algo muy raro ahí. Por eso dije que su oscuridad me impactó.
—¿Y qué sería eso muy raro?
—Que había un cierto manejo, un cierto acuerdo con los sectores policiales, y eso me parece que es lo central.
—¿Se está peleando con Bonfatti ahora?
—No. Estoy enfrentando el narcotráfico en la provincia de Buenos Aires, que es muy grave, y después me voy a concentrar en Santa Fe. Porque, por un lado, está en la rutas 16 y, por el otro, en la 34. Pero básicamente está en la Hidrovía.
—En términos políticos, entonces, los está matando.
—Pero no. Yo no tengo problemas con los socialistas, tengo problema con el narcotráfico.
—Convengamos que el narcotráfico es un delito federal...
—Acaso no me escuchan decirlo y reclamarle al gobierno nacional. Y estoy en eso. Les digo a los gobernadores que reclamen una acción firme y efectiva de la Nación. No le voy a tolerar al gobierno de Cambiemos que sea cómplice, por acción u omisión, con el narcotráfico.
—¿Por qué diferencia a Bonfatti de Lifschitz?
—Porque Bonfatti tiene una alianza muy fuerte con el justicialismo y eso se ha demostrado en la Legislatura.