La presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, mantuvo ayer en el Vaticano un encuentro privado de alrededor de dos horas con el Papa Francisco, a quien le reconoció haberse "equivocado" en sus primeros juicios sobre él y le pidió que visite Argentina "porque lo necesitamos".
"Le dije que nos equivocamos con él como nos equivocamos con Néstor (Kirchner). Uno tiene que pedir perdón cuando se equivoca, y las madres lo hacemos", aseguró Bonafini al término del encuentro, que se realizó en Santa Marta, la residencia del pontífice.
"Dejalo ahí, todos nos equivocamos", contó Hebe que fue la respuesta de Bergoglio.
Bonafini llegó a la residencia del obispo de Roma a las 16.30 de Italia y se retiró pasadas las 18, acompañada por colaboradores y la esposa del ex secretario de Comercio Guillermo Moreno, Marta Cascales.
"Le dije que traía una misión muy difícil, que nuestra patria necesitaba de su palabra, que en cinco meses este gobierno destruyó lo que hicimos en 12 años. Vine a hablar de la angustia y el dolor de un pueblo que vivía feliz", aseguró Hebe sobre la reunión, en la que le dijo al Papa que en el país hay "violencia institucional y de la otra".
"El me escuchó con atención las dos horas que hablamos; me dijo que había cosas que sabía y otras que no", aseguró Bonafini, de 87 años, y reveló que le pidió al Papa que venga al país "porque su palabra puede ser muy importante".
Dijo que Francisco le respondió "que tenía que haber ido este año pero no pudo, que no puede venir este año". Además, reveló que el Papa "está muy triste, que (la situación del país) le hace acordar al (Golpe del) 55; estaba muy triste, no esperaba que pase nada de esto".
"Me dijo que no me conocía así como le estaba hablando a él. Fue muy cariñoso conmigo; me trató con mucho afecto", relató Bonafini, y agregó que la asociación que encabeza le entregó al Papa un tradicional pañuelo de la entidad. "Pasaron cosas muy importantes que nos demuestran que Francisco esta con el pueblo, no con los poderosos", agregó.
Durante la reunión, según relató, enumeró varios ejemplos de lo que considera "violencia institucional", y en referencia al gobierno le dijo al Papa: "Ellos están solos aunque los haya votado el 51% de la gente. Y están solos porque se les fue la mano. Y esa gente desesperada que miente todo el tiempo también es peligrosa, porque no sabemos a donde pueden llegar".
Bonafini calificó de "violencia" el aumento del precio del pan, el cierre de fábricas, la importación de naranjas de España y la supuesta instalación de una base estadounidense en Tierra del Fuego, entre otras críticas al gobierno.
"Nosotros tenemos miedo, mucho miedo, a que algún loco suelto responda a esa violencia que nos están imponiendo", agregó.
Según relató Bonafini, en otro pasaje del encuentro le expresó a Bergoglio que "en nuestro país ya hubo demasiada violencia para que nos quedemos quietos sin denunciar lo que hay que denunciar".
La dirigente le comentó a Francisco que la noticia de su visita "ocasionó muchos metros de escribir contra las Madres y contra el Papa. No le vinimos a contar ninguna mentira, le trajimos hechos concretos, la verdad de lo que pasa en cada lugar".
"Yo no vine en misión personal, vine porque mucha gente me lo pidió, y no hablamos de los desaparecidos, hablé tal vez de mis hijos cuando me preguntó cómo eran. Me emocioné mucho, venía muy nerviosa. Me decían «madre hable por nosotros»", expresó sobre las horas previas a la reunión.
Además, la madre de Plaza de Mayo le trasladó al Papa sus críticas hacia "los obispos, que son muy conservadores", aunque destacó a "los sacerdotes que trabajan, que son una maravilla".
"Ojalá que la misión que nos encomendaron a las Madres sirva para parar la violencia", finalizó, tras mostrar a la prensa el rosario y la medalla dorada con una virgen que le regaló el pontífice.