Un joven fue baleado en la madrugada de ayer mientras estaba con amigos en una casa de pasaje 1836 al 3600, a la altura de Rouillón y Rivero, en la zona sudoeste de la ciudad. Alexis R., de 19 años, quien recibió un tiro en el hombro y dos en la cabeza, permanecía internado ayer por la tarde en la sala de terapia intensiva del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) bajo pronóstico reservado, aunque ayer estaba confirmado que perdió un ojo.
Alexis trabaja como repartidor de carbón y había llegado a la casa de Marcela pasadas las 22. Ella vive allí junto a sus dos pequeños hijos y ocasionalmente esa noche se encontraba en la casa Pablo, un amigo de Alexis.
Pasada la 1 de la mañana un Renault Megane se detuvo frente a la puerta de la vivienda y se bajaron dos hombres. Uno de ellos cargaba en sus dos manos sendas pistolas calibre 9 milímetros.
El agresor se paró en la puerta de la vivienda y a los gritos tumbó la puerta a patadas y entró. Entonces comenzó a disparar con ambas armas. Alexis, Marcela y Pablo intentaron cubrirse pero el que llevó la peor parte fue el primero, a quien una bala le atravesó su ojo izquierdo, otra la mandíbula y en la corrida una le dio en el hombro. El agresor retrocedió a las corridas y se metió en el Megane, azul o gris, que emprendió la huida por el pasaje.
Cuando la casa volvió al silencio, Alexis estaba tirado pero consciente y fue llevado por el otro muchacho al Heca, adonde llegó consciente, aunque no declaró. Tras unas curaciones fue trasladado a terapia.
"Bronca ajena". Según vecinos y allegados a familiares de Alexis, la razón de la balacera por la que el joven resultó herido tiene que ver con "una bronca ajena, tal vez con otro muchacho que pasó por esa casa. Los familiares no saben nada pero dicen que el chico no tiene nada que ver con la bronca", dijo un amigo del joven herido.
Por otro lado los pesquisas desestimaron situaciones que tengan que correspondan a un "ajuste de cuentas" hacia el muchacho o temas ligados al narcotráfico. "No se sabe nada, pero la agresión fue brutal" señalan.
Repetición. Sin embargo el hecho violento no terminó allí. A las 5 de la mañana dos personas fueron en el mismo auto hasta la casa de pasaje 1836 y volvieron a balear su frente, pero ya no había nadie. En tanto Marcela piensa seriamente en mudarse de la casa y buscar refugio en otro barrio.