Facundo Martín Lucero tenía 17 años cuando en 2011 lo detuvieron junto a su hermano Franco, de 16, acusados del crimen de Franco Nicolás Coronel, un adolescente baleado en el pecho tras ser emboscado por cuatro jóvenes en motos, en agosto de ese año. Luego de la intervención tutelar de un juzgado de Menores Facundo fue condenado como partícipe necesario del homicidio a 5 años y 3 meses de prisión, una pena que cumple en libertad condicional. Ayer se pretendió discutir el caso en una instancia de apelación, pero el muchacho no se presentó a la audiencia aduciendo terror a ser trasladado al Irar. Ese temor, dicen sus defensores, no es caprichoso: cuatro años atrás murió allí su hermano Franco, ahorcado con una sábana, en un grave incidente aún no aclarado.
A Lucero, que ahora tiene 22 años, lo esperaban ayer al mediodía para discutir la condena que el año pasado le impuso la jueza de Menores Gabriela Sansó por el crimen de Coronel. La pena a 5 años y 3 meses no sólo fue atenuada en razón de su edad al momento del hecho (así lo establecen criterios internacionales en materia de justicia penal juvenil) sino también en base a lo que supuso una suerte de "pena natural" durante el proceso, como lo fue la muerte de su hermano dentro de un instituto carcelario para menores.
Las posiciones. La jueza Sansó lo consideró partícipe necesario de los delitos de homicidio agravado por uso de arma de fuego y robo en grado de tentativa. Al fijar la pena tuvo en cuenta los montos previstos para los mismos delitos en grado de tentativa. Así se estila al fijar penas a menores de edad, una vez que ha avanzado el tratamiento tutelar y fueron declarados responsables del hecho. Además, consideró que el joven debe cumplir la pena en libertad condicional, beneficio que le corresponde si se computa el tiempo que estuvo detenido durante el proceso.
Pero el fiscal Gonzalo Fernández Bussy pretende 15 años de prisión para el joven, a quien acusa de ser partícipe al considerar que conducía la moto desde la cual le dispararon a Coronel. Y en ese sentido, el fiscal tampoco está de acuerdo con que esté cumplido el plazo necesario para la libertad condicional..
Por su parte, la defensora general de Cámaras del viejo sistema penal, Marcela De Luca, también apeló el fallo porque considera que la pena es innecesaria. Y remarcó que la no aplicación de pena es una opción prevista en el régimen de menores, que apunta a la resocialización y no al castigo. No existen precedentes en Rosario de penas de prisión mayores a los 8 años a menores, aún por delitos que para los mayores de 18 años estipulan prisión perpetua. La doctrina internacional en la materia, incluso, reclama atenuar las penas a adolescentes. Toda esa discusión, que incluso trasciende al caso, quedó pendiente ayer.
Ausente sin aviso. La de ayer fue la segunda cita a la que Lucero no acudió. Ya el 3 de junio pasado había sido citado para una audiencia de apelación y como no asistió el trámite se pospuso. El debate no puede realizarse en su ausencia porque se violentarían sus derechos de defensa. Tras escuchar a las partes, el tribunal compuesto por los camaristas Guillermo Llaudet, Georgina Depetris y Tomás Orso consideró que "obran constancias de la adecuada notificación del menor" y resolvió en forma unánime declararlo en rebeldía. Ahora, la magistrada a cargo del caso deberá requerir su captura.
Sin embargo, tanto la defensora como el asesor de menores Daniel Papalardo insistieron en que el joven no se presenta porque manifiesta un "temor reverencial" a la posibilidad de quedar detenido. "No es un temor que se puede tomar en abstracto. Su hermano apareció colgado en una celda del Irar en circunstancias aún no esclarecidas y por las que existe un proceso abierto", remarcó Papalardo.
Oscuras muertes. El 24 de agosto de 2011, cuando tenía 17 años, Facundo fue detenido junto a su hermano Franco, de 16, en su casa de la zona sudoeste allanada por la policía. Los apresaron por el homicidio de Franco Nicolás Coronel, asesinado cinco días antes, el 19 de agosto. El más joven de los dos aparecía sindicado como el supuesto autor material del disparo, mientras que sus familiares aseguraban enfáticamente que eran inocentes.
Coronel, de 17 años, fue asesinado cerca de las 15 de un viernes cuando se desplazaba en una moto por la zona sudoeste y al llegar a la esquina de pasaje Ancón y Deán Funes se encontró con otros dos rodados similares en los que viajaban al menos cuatro personas. Según fuentes policiales, los motociclistas abrieron fuego sin pronunciar palabra e hirieron a Franco en el pecho.
Más adelante el menor de los hermanos escapó del Irar. Su familia aseguró que estaba amenazado de muerte. Ya con 17 años, Fabián Lucero volvió a caer detenido el 22 de octubre de 2012 a manos de efectivos de la comisaría 14ª y acusado de robo calificado. Pese a que dio un nombre falso, detectaron con sus huellas su verdadera identidad y quedó alojado en el Irar. Tres días después apareció ahorcado con una sábana en una celda que compartía con otros dos chicos en el instituto de reclusión de Saavedra y Cullen, en lo que en un primer momento se presentó oficialmente como un suicidio aunque su muerte no fue aclarada.