Axel Brian Romero tenía 16 años. Para sus amigos del barrio Coronel Aguirre, en Villa Gobernador Gálvez, era "Masita". El martes a la tarde, pasadas las 19.30, el adolescente estaba en la puerta de la casa de un amigo, en San Nicolás entre Soldado Aguirre y Pasaje 4, cuando pasó una moto en la que iban dos personas y el acompañante efectuó un disparo que alcanzó a Romero en la espalda, sobre el lado izquierdo. "A los de la moto los conocemos todos porque antes eran amigos de «Masita». Pero hace un par de meses se terminó porque ellos empezaron a ser soldaditos de los vendedores de drogas del otro lado de Soldado Aguirre. Hubo piñas, quedó la bronca y ayer se la cobraron porque lo agarraron regalado. Ya habían pasado por la placita y no les dio la nafta para disparar ahí porque estábamos todos. No hay mucho más misterio en todo esto", explicó uno de los amigos del pibe asesinado.
"Masita" y sus amigos pasaban sus horas en la plazoleta San Enrique, ubicada en Cafferata y Levalle, a metros de la iglesia del mismo nombre, el primer templo que se erigió en Villa Gobernador Gálvez y por lo cual el lugar también se conoce como "la plaza de la iglesia antigua".
Quienes allí se reúnen contaron a este diario que Romero tenía un hermano mellizo y otros más. Vivía en Pasaje 2 al 2000, a cuatro cuadras de donde fue asesinado y que todas las tardes, "aunque a los empujones", iba con su papá a aprender mecánica de motos en una escuela de la zona sur de Rosario. "El padre lo llevaba para sacarlo un poco del barrio. Era buen pibito, tenía 16 años y lo mataron muy cobardemente. Muy feo lo que hicieron", sentenció uno de los amigos, de una edad mayor a la del chico asesinado.
Según se pudo reconstruir del diálogo con media docena de amigos de "Masita", el martes a la tarde estuvieron en la plazoleta de la iglesia antigua. "Ahí estamos todo el día. Jugamos a la pelota y pasamos el tiempo", contaron los muchachos. Según relataron, la génesis del crimen de Romero estuvo hace aproximadamente dos meses cuando el grupo de amigos de "Masita" expulsó a algunos muchachos por trabajar como soldaditos para un vendedor de drogas que tiene su área de influencia en jurisdicción de la subcomisaría 26ª, al sur de la avenida Soldado Aguirre.
"Eso fue hace un mes y medio o dos meses. Los echamos porque nosotros no queremos saber nada con ese palo. Ese es un palo que te toca, te mancha y no te la sacas más. Todo viene por eso", relató uno de los jóvenes mientras esperaba ayer a la mañana que el Instituto Médico Legal (IML) liberara el cuerpo de Romero para velarlo.
"Los tenés que ver (a los agresores). Están todo el día tirando estados en Facebook: «Hoy tengo sed de sangre», ponen. Ayer pusieron: «Esta tarde vamos a salir a cazar giles». Son así, son pibes que «soldadean» unos meses y ya se sienten inmortales. Después les quedan los yeites. Andan enfierrados y salen a cazar. Y el martes anduvieron dando vuelta por la plaza. Pasaron dos o tres veces y como estábamos todos no les dio la nafta para tirar", explicó uno de los allegados a Romero.
Un solo balazo
A las 19.30 Axel Romero llegó a la puerta de una casa ubicada en San Nicolás entre Soldado Aguirre y Pasaje 4. "Nosotros escuchamos un balazo. Cuando salimos con mi hijo a la puerta vimos al pibe tirado. Ya estaba muy mal y le salía sangre por la boca. Se ve que al darle el balazo en el lado izquierdo de la espalda, lo impactó en el corazón", explicó el padre del amigo de Romero.
Desde la Fiscalía de Homicidios se indicó que "según los primeros testimonios la víctima recibió un disparo de arma de fuego en la zona de tórax, presuntamente realizado por dos personas que circulaban en una moto y que luego se dan a la fuga. Hay testimonios que ya sindicaron a los autores por sus apodos y sus nombres". Se trata de dos muchachos: el tirador, de 18 años; y el conductor del rodado, de 19.
Según la versión oficial, a Romero su padre lo llevó al Hospital Gamen en su auto. Al ser revisado por el médico de guardia se constató que estaba muerto. "Acá el quilombo no viene por una gorra y no se agarraron a trompadas antes de que lo balearan (como inicialmente se propaló desde fuentes de la pesquisa). El tema es que hace un par de meses los sacamos a estos pibes porque no queríamos meternos con el palo de la falopa y ahora vinieron y mataron a este chico", explicó uno de los amigos de la víctima masticando bronca. El caso es investigado por el fiscal de la Unidad de Homicidios Florentino Malaponte y la Policía de Investigaciones (PDI).