Mientras transitaba prisión preventiva y horas antes de que pudiera acceder al derecho de pedir su libertad condicional en una audiencia que se debía celebrar ayer en Tribunales para homologar una condena en juicio abreviado, un gitano de 51 años acusado de realizar cientos de secuestro virtuales en Rosario murió de un infarto cardíaco el jueves a la noche en la Unidad Penitenciaria Nº 3 donde estaba alojado. Junto a parte de su familia fue imputado de pertenecer a una asociación ilícita que realizaba llamadas telefónicas extorsivas a personas indefensas, a quienes les pedían dinero tras simular el secuestro de un familiar.
Gustavo "Masacote" Miguel tenía 51 años, era robusto, de cara redonda y un rostro rojizo curtido, ceño fruncido y mirada penetrante. Así se lo vio varias veces en las audiencias en Tribunales en el marco de la causa en su contra.
El hombre fue detenido en julio de 2015 mientras estaba en condición de prófugo, pero internado en un sanatorio privado de Oroño y Zeballos donde requirió asistencia por una afección cardíaca y donde finalmente la policía lo esposó.
Investigación compleja. El proceso judicial en contra de Miguel tenía que ver con una compleja investigación que encaró el fiscal de la Unidad de Investigación y Juicio II, Nicolás Foppiani, por la gran cantidad de secuestros virtuales que se encadenaron en la ciudad durante los primeros meses de 2015.
Según evidencia colectada en la pesquisa se pudo establecer que junto a varios de sus hijos, Miguel llegó a realizar hasta 200 llamadas por día hasta dar con una víctima. Y que su modus operandi consistía en simular un secuestro con voces de familiares de las víctimas para pedir un rescate, el que ordenaban arrojar en lugares a los que asistía otro integrante de la banda.
Cuando los investigadores desbarataron el grupo, el 21 de junio del año pasado en varios allanamientos simultáneos, detuvieron a 17 personas, casi todos integrantes de una misma familia gitana. Se secuestraron armas, autos, alhajas, celulares y unos 3 millones de pesos.
El Ministerio Público de la Acusación (MPA) pudo comprobar que participaron en unos 20 secuestros, pero en carpeta y bajo sospecha hubo más de 100 hechos. En una audiencia que se celebró en julio, el juez Juan Carlos Leiva admitió la acusación contra Masacote por 18 secuestros virtuales y como integrante de la asociación ilícita, y calificó los hechos como extorsión.
Pero por su estado de salud la defensa solicitó varias veces que Miguel sea autorizado a transitar la prisión preventiva en su domicilio, condición que se le denegó en base a los informes médicos forenses ordenados por la fiscalía.
Sucesivamente los médicos del Instituto Médico Legal (IML), Alicia Cadierno y Félix Rodríguez entre otros, dejaron constancia que el acusado podía transitar el proceso judicial en un establecimiento carcelario dotado de unidad sanitaria. No obstante, la defensa apeló la negativa que ratificó el juez de la Cámara Penal Carlos Carbone.
En una de esas oportunidades el defensor de "Masacote", Marcelo Pierccechi, se quejó: "Me sorprende que se resuelva dejar en un establecimiento penitenciario a una persona enferma cuando ofrecimos garantías personales para que cumpliera una medida alternativa en su casa, dado que no eludirá la acción judicial. Que la sociedad haya sufrido secuestros virtuales es algo lamentable. Pero para responsabilizar de los hechos hay que tener pruebas y eso es lo que aquí, más allá de la decisión del juez, no vemos", sostuvo (ver aparte).
De los 17 imputados, algunos quedaron detenidos, otros con prisión domiciliaria y nueve debían someterse a un control judicial periódico, sin posibilidades de abandonar la ciudad pero en libertad.
Junto a sus hijos. Por su parte, Miguel y tres de sus hijos presentaron un escrito en el cual solicitaban la audiencia para brindar su consentimiento a la homologación de la condena a 3 años de prisión efectiva en un juicio abreviado, acuerdo alcanzado entre fiscalía y defensa. El trámite debía desarrollarse ayer a las 10 en Tribunales con la presencia de los propios imputados y el juez Juan Carlos Curto. En ese marco, los acusados estaban de acuerdo con la resolución de su situación procesal, con lo cual era un hecho que tras ese trámite la defensa pediría la libertad de los cuatro.
Pero en la Oficina de Gestión Judicial recibieron la novedad desde la cárcel de Zeballos y Riccheri, donde confirmaron que Miguel murió de un infarto a las 3 de la mañana de ayer. Por eso se suspendió el trámite.
El fiscal Foppiani se mostró sorprendido y eligió la cautela a la hora de dar a conocer los alcances de un acuerdo que "Masacote" no llegó a firmar. Igualmente, desde Fiscalía se aclaró que toda vez que la defensa solicitaba la prisión domiciliaria, el Ministerio Público ordenaba que la junta médica del IML certificara el estado de salud del acusado.
La última vez que se elaboró un dictamen médico fue el 18 de mayo, cuando nuevamente los profesionales indicaron que podía seguir detenido en la cárcel. A pesar de estar a un paso de la libertad, el acusado no pudo llegar a Tribunales.
"El jueves a la tarde comenzó con un cuadro de tos y pidió asistencia médica. Primero lo trasladaron al hospital Provincial y luego al Centenario. Allí le realizaron una angioplastía, pero no resistió y murió a las 3 de la mañana", se dijo oficialmente. Ahora se deberá reprogramar una audiencia para definir la situación de sus hijos.