Un bebé de cuatro meses fue arrojado a la vereda desde un auto robado a su madre por dos jóvenes en la localidad bonaerense de Ramos Mejía, partido de La Matanza. El hecho ocurrió la noche del domingo y el pequeño, que estaba sujetado en su silla de protección, sufrió golpes y debió ser internado en un hospital donde al cierre de esta edición seguía en observación pero con una evolución favorable.
Según fuentes policiales el hecho ocurrió cerca de las 22.30 del domingo frente a una casa a la que Luciana llegaba en su Renault Sandero con su bebé en una silla de protección sujeta al asiento trasero. Cuando estacionaba el vehículo, la mujer de 27 años fue abordada por dos jóvenes, uno armado, que la amenazaron para robarle el auto.
Los hampones obligaron a la joven a bajar y, a pesar de sus gritos desesperados, se llevaron el auto sin esperar a que terminara de sacar a su hijo del habitáculo. La víctima corrió a los gritos detrás del auto y vio cómo, unos metros más adelante, uno de los delincuentes abría la puerta trasera y arrojaba a la vereda al niño en la silla de protección para luego escapar.
"Lo tiraron con todo, como si fuese una bolsa", contó ayer a la prensa la mujer en la puerta del Sanatorio de la Trinidad, de Ramos Mejía. "Lo único que querían era robar el auto, no les importaba nada. Yo les pedía por favor, que estaba el bebé y no lo podía desatar. Pero ellos se querían ir. Y arrancaron el auto y se fueron", indicó Luciana, y describió a los asaltantes como "muy jovencitos, de unos 17 o 18 años".
Si bien los delincuentes arrojaron a su hijo en la silla de protección el pequeño estaba casi suelto, por lo que giró por la vereda y sufrió lesiones. "Cuando lo tiraron, sólo atiné a correr y levantarlo. El se quedó abajo de un auto, me agaché a sacarlo y salí corriendo a los gritos pidiendo ayuda. Salieron los vecinos y con mi marido lo llevaron a la clínica porque la ambulancia no llegó".
Caminando
Luciana dijo que siempre que llega de noche y con el bebé, su marido sale a esperarla. Pero que esta vez él no le atendió el teléfono y ella dio dos vueltas a la manzana e igual estacionó. "Los ladrones venían caminando como dos ciudadanos normales, pero estaban buscando la ocasión. Para mí fue al voleo, los vi venir de frente, estaban armados y después de que les di las llaves del auto sacaron el arma igual", agregó.
Sobre el estado de salud del niño, contó que tiene golpes en el lateral de la cabeza y atrás, aunque la tomografía computada a la que fue sometido ayer a la mañana "dio bien". No obstante, aclaró que su hijo continúa internado en terapia intensiva pediátrica, aunque se alimenta y respira por sus propios medios.
Al cierre de esta edición no había detenidos ni se había recuperado el auto robado.