El cuestionado operativo en un cruce de rutas del sur provincial donde le secuestraron a Carlos Andrés Ascaíni un pan de cocaína que resultó ser azúcar impalpable, estuvo ayer bajo la lupa en el juicio oral que tiene como principal imputado al ex jefe de la policía provincial, Hugo Damián Tognoli, y a otras 26 personas. La policía lo atribuyó a un "encuentro casual"; el acusado dijo que "fue algo armado" y que "le plantaron la sustancia". En ese marco, ayer dos de los efectivos que concretaron el operativo, los hermanos Alejandro y Marcelo Druetta, se explayaron en idénticos términos a los que asentaron en el acta, y admitieron que el detenido nunca invocó relación alguna con Tognoli, acusado de haberlo protegido, lo que hasta ahora nadie dio a entender en las audiencias.
La escena que describieron ayer el comisario Alejandro Miguel Druetta (actualmente en Inteligencia de la Policía de Investigaciones); y su hermano, el suboficial Marcelo Druetta, es la del arresto de Ascaíni el 8 de mayo de 2012 en el cruce de las rutas 90 y 94, cerca de la localidad de Chapuy. Ese día el primero de ellos asumía como jefe de la Brigada Operativa VIII de la ex Drogas Peligrosas y "en un patrullaje de rutina y sin origen fundado en investigación previa", según admitió, dio con Ascaíni, un transportista de Villa Cañás, estacionado en un Audi A4.
Ascaíni está procesado por integrar una "empresa criminal conjunta dedicada al narcotráfico" bajo la supuesta protección de Tognoli cuando el comisario ahora jubilado era jefe provincial de la ex Drogas.
Marcelo Druetta recordó ayer que "en circunstancias en que recorría la jurisdicción (en una camioneta junto a su hermano) se encuentra un vehículo de alta gama, me llama la atención y decido acercarme para ver si algo pasó o si está abandonado".
Su hermano Alejandro explicó más tarde que, "al acercarnos para preguntarle al conductor qué hacia allí, lo primero que él dijo es si sabíamos quién era. Nosotros ni lo conocíamos". En respuesta a una pregunta de la fiscal Adriana Saccone, el comisario sostuvo que sólo lo supieron "un rato después de su captura, al ver su documento". Y que "comenzó a ser un peligro después de que lo interrogaron. Le dije que bajara del auto y apenas puso un pie afuera pude ver que llevaba un arma. Entonces lo enfrenté y una vez que estuvo reducido lo esposamos. Le encomendé a los oficiales Nocetti y Delgado (que los acompañaban en otro auto) que buscaran dos testigos para hacer la requisa y la detención", explicó Alejandro Druetta.
En ese encuentro a Ascaíni le secuestraron un arma (hecho por el cual fue absuelto por la Justicia provincial), un pan de 1,168 kilo "que presumimos que era cocaína por el olor" y que en la pericia química resultó ser azúcar impalpable en un 96 por ciento, dinero, documentos y una denuncia ante una comisaría de Venado Tuerto dónde el detenido exponía que era perseguido por un auto que desconocía y que era de la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
Al día siguiente de su detención Ascaíni declaró: "Es una barbaridad lo que hicieron conmigo. Me plantaron droga, un arma y dos celulares. Quiero que la policía vaya presa. Me arruinaron a mí y a mi familia".
Explicó que después de ser obligado a bajar de su auto "me subieron al auto de ellos, seguimos por la ruta que ingresa a Chapuy unos 200 metros y ahí nos encontramos con una camioneta blanca Chevrolet. Ahí estaba quien después se identificó como jefe de la Brigada (Alejandro Druetta) y me dijo «perdiste». Me sacaron una llave, un Blackberry y la billetera que era todo lo que tenía. Yo nunca ví cuando secuestraron las cosas porque me pusieron de espaldas. Me enteré que habían secuestrado la droga, un arma y dos teléfonos que no son míos. Me pedían plata a cambio de no embagallar mi casa" (plantarle droga allí).
Cuando llevaba más de cuatro meses detenido, Ascaíni volvió a declarar. Dijo que las pericias de las antenas de los teléfonos policiales que estaban en el cruce de rutas revelaron que los policías "estaban apostados allí 48 minutos antes de mi casual detención. A las 18.51 desde el número que utilizaban los hermanos Druetta llamaron al director de Drogas, Cristian Sola, 39 minutos antes de mi detención en medio del campo".
Contrastes
Todo lo que entonces dijo Ascaíni contrastó con lo dicho por los hermanos Druetta ayer ante los jueces Beatriz Caballero de Barabani, Otmar Paulucci y Omar Digerónimo. Marcelo Druetta relató la detención de Ascaíni y en respuesta a las preguntas de la Fiscalía, dijo que se ubicó delante del vehículo del empresario de Villa Cañás y se ocupó de la "seguridad" mientras su hermano Alejandro identificaba al conductor. "Le pusimos las esposas de seguridad porque tuvo una actitud hostil", indicó.
También recordó que los policías que iban en el Escort salieron a buscar testigos y regresaron en media hora. Cuando comenzaba a anochecer requisaron el vehículo y en la guantera, detrás de una agenda negra, apareció el pan de droga. Y entre la puerta y el asiento del chofer había un arma cargada calibre 9 milímetros. "Yo estaba de seguridad y mirando todos los factores externos", aclaró Marcelo cuando le exhibieron el "pan" de droga y no pudo reconocerlo.
A su turno Alejandro Druetta reconoció un teléfono como el secuestrado aquel día a Ascaíni. "Lo reconozco porque es muy parecido al que yo tenía y tuve que entregar en Asuntos Internos". Ante una pregunta del defensor de Ascaíni, José Nanni, explicó que debió entregarlo tras una denuncia de amenazas a un fiscal federal. "No sé si se dilucidó ese hecho. Al teléfono no me lo devolvieron", indicó.
Y ante una consulta de Néstor Oroño, abogado de Tognoli, dijo que Ascaíni no invocó el nombre del ex jefe policial al ser arrestado. El mismo abogado le preguntó "¿Cómo se comportó Tognoli como jefe suyo, alguna vez se interpuso en alguna investigación?". Y Druetta contestó: "Fue un buen compañero, que siempre incentivó las líneas de investigación. Su período al mando fue en el que mejor funcionó la ex Drogas Peligrosas en lo que hace a la logística necesaria para trabajar".
En otro momentoAlejandro Druetta detalló que "en mayo de 2012 yo venía de ser el titular de Drogas Peligrosas en Villa Constitución y tanto el director del área en ese momento, el comisario Cristian Sola, como el jefe de la policía provincial, Hugo Tognoli, me encomendaron hacerme cargo de la Brigada Operativa VIII de Venado Tuerto, ya que les preocupaba tanto a ellos como al ministro de Seguridad de entonces, Leandro Corti, ponerle fin a los narcotraficantes de la zona".