En una maratónica audiencia que se prolongó por más de seis horas, 14 de las 16 personas detenidas el martes pasado en una serie de allanamientos promocionados por el ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro como el fin de dos bandas dedicadas a escruches y entraderas, fueron imputados por las fiscales Cecilia Brindisi y Valeria Haurigot como integrantes de una asociación ilícita organizada para cometer delitos. Los detenidos fueron presentados como integrantes de dos bandas relacionadas entre sí. La banda de "Lichy" Romero, con eje en el barrio Municipal de Nuevo Alberdi; y la del "Chino" Luis, con epicentro en la zona sur de Rosario. A esta formación conjunta las fiscales le achacaron media docena de robos calificados por el uso de armas de fuego y por haber sido cometidos en poblado y en banda. Además, a cuatro de ellos se los imputó por tenencia ilegítima de armas de fuego. Para la acusación los lideres de la asociación ilícita son los apodados "Lichy" Romero, "Veneno" o "El Viejo" F. y Luis R., los dos últimos apuntados como jefes de la banda del "Chino" Luis.
Según indicaron en la audiencia imputativa las fiscales Brindisi y Haurigot la megabanda trabajaba en conjunto "desde al menos abril" de este año. Uno de los hilos conductores de la investigación fueron las escuchas telefónicas, uno de los puntos más cuestionados por las defensas de los detenidos. "La Policía de Investigación (PDI) analizó alrededor de 15 mil escuchas", indicaron. "Esta es una banda que concretó robos por más de dos millones de pesos" en tres meses, indicó la fiscal Brindisi.
Otro de los delitos que se les imputó a los apresados fue el lavado de activos. La fiscal Haurigot describió que "Lichy" Romero y su primo hermano Gastón compraban autos de alta gama con las ganancias de sus golpes en una agencia trucha propiedad de Daniel M., otro de los imputados. "Mediante esa mecánica transformaban dinero ilícito en plata bien habida", indicó la fiscal. De las 16 personas que se sentaron en el banquillo de los acusados, ocho tenían antecedentes condenatorios.
Los que trascendieron
Otro de los detalles que llamó la atención en la audiencia imputativa de ayer fue que de los hechos que se le endilgaron a la superbanda trascendieron públicamente los robos a la distribuidora de galletitas Tyna, perpetrado el 27 de marzo pasado cuando se llevaron un millón de pesos; y el cometido en Electricidad Centro, el 2 de mayo a la mañana, cuando cuatro hombres enmascarados sustrajeron unos 250 mil pesos.
Por el primero de los hechos, por el cual está prófugo el hombre que manejó la ambulancia en la que huyó la banda, fueron imputados "Lichy" Romero y Horacio "Puchini" o "Papu" T.. En el segundo, a esos dos se le sumaron el primo hermano de "Lichy", identificado como Gastón, Luis Miguel C. y Abel "Veneno" F. En los dos hechos se los acusó por robo calificado por el uso de armas de fuego y por haber sido cometidos en poblado y en banda, además de privación ilegítima de la libertad.
Luego a Gastón Romero, "Puchini" T., "Veneno" F. y una persona no identificada los acusaron de haber ingresado a una vivienda de calle Brassey al 1600 el 3 de junio de la cual se llevaron dinero y electrodomésticos. La figura penal fue similar a las anteriores: robo calificado por el uso de armas de fuego y por haber sido cometidos en poblado y en banda, además de privación ilegítima de la libertad calificada.
A esa imputación le siguió un robo en una churrería de Biedma al 100 por el que fueron imputados Cristian S., Luis Miguel C. y Juan Carlos R. por haber maniatado al dueño del lugar y empleados para sustraer 8 mil pesos y celulares. También se los acusó por los delitos de robo calificado por el uso de armas de fuego y por haber sido cometidos en poblado y en banda, además de privación ilegítima de la libertad. Según la acusación, Juan Carlos R. operó como entregador del golpe.
Al serles otorgadas la palabra, sólo cuatro de los acusados lo hicieron. R. manifestó que nada tenía que ver con el hecho y que no conocía a ninguna de las otras 15 personas que estaban junto a él en la sala de audiencias. "Me arruinaron la vida", dijo sollozando.
Durmieron a los perros
A Luis R., "Veneno" F., José Luis Ch., Ceferino "Pala" C. y Juan Carlos G. se los acusó de haber robado, junto a un sexto hombre no identificado, la metalúrgica Nilso Torres, ubicada en Benítez al 3000 de Rosario, el pasado 17 de junio. Para dar el golpe durmieron a los perros que cuidaban el perímetro con un ansiolítico (Alplax). En ese lugar violentaron cajas fuertes y se hicieron con un botín de, al menos, un millón de pesos. Se los acusó por el delito de robo calificado por el uso de armas de fuego y por haber sido cometidos en poblado y en banda.
En otra acusación se achacó a Pablo C., Cristian S., Luis R. y "Veneno" F. por haber ingresado a una vivienda de Rioja al 3200 el 17 de junio y tras maniatar a una pareja hacerse con 80 mil pesos y 25 dólares que la familia tenía en dos cajas de seguridad. Según las fiscales el entregador del caso fue Cristian C., un hombre con trabajo en blanco en una empresa tercerizada por Telecom. La acusación fue por el delito de robo calificado por el uso de armas de fuego y por haber sido cometidos en poblado y en banda.
Luego "Puchini" T., Luis Miguel C., Gastón Romero, Marcelo F., Jorge W. y Luis M. fueron acusados por la portación ilegal de armas de uso civil y de guerra encontradas por efectivos de la PDI en el marco de los 35 allanamientos realizados el pasado 4 de julio.
El cierre de las imputaciones las fiscales lo reservaron para acusar a 14 de los 16 imputados como integrantes de una asociación ilícita que tiene como líderes a "Lichy" Romero, "Veneno" o "El Viejo" F. y Luis R. Los restantes integrantes de la supergavilla son Gastón Romero, Mónica Romero, "Puchini" T., Jorge W., Cristian S., Marcelo F., Luis Miguel C., José Luis Ch., Jorge Alberto M., Pablo C. y Ceferino C.
Críticas de las defensas
Cerradas las imputaciones fue el tiempo de los planteos defensivos. Los abogados Ceferino Gómez, Carlos Varela, Ignacio Carbone, José Diego Ghirado, Marcelo Martorano, Marcelo Piercecchi, Alberto Tortajada y el defensor oficial Francisco Broglia fueron a su turno sumándole críticas a la exposición de las fiscales y la teoría del caso. Atacaron la validez de las escuchas. Dijeron que el planteo fiscal se había construido desde el genérico de la asociación ilícita sin hacer hincapié en qué rol cumplió cada uno de los acusados en los robos que se le achacaban.
La defensa encabezada por Carbone fue la que puso más énfasis en marcar que las fiscales no les atribuían roles a los acusados. Mientras que Piercecchi y el defensor oficial Broglia —quien calificó la causa como mediática— insinuaron que las fiscales actuaron presionadas desde el Ministerio de Seguridad provincial. "El Ejecutivo arma estas megacausas que no tienen sustento jurídico. Había que verlo al ministro Pullaro caminando como un fiscal por los pasillos de la PDI dando notas", dijo Piercecchi.
Llamado a resolver, el juez Hernán Postma le dio la derecha a la teoría del caso expuesta por la Fiscalía. "El desarrollo de la audiencia, los dichos de las defensas y de las fiscales, fueron excelentes", dijo el juez antes de comenzar a desgranar y descartar los reclamos de los abogados de los imputados. "Muchos de los planteos que realizaron los abogados defensores deben realizarse en la audiencia de debate y no en esta instancia en la que con el grado de probabilidad alcanza para impulsar el proceso", indicó.
Así respaldó cómo se realizaron las escuchas y le dio la derecha al planteo de la Fiscalía sobre la asociación ilícita. También ordenó que los 16 imputados fueran revisados por un médico forense ya que todos los defensores expresaron el mal trato que tuvo el Servicio Penitenciario con los detenidos. "En cuatro días les dieron una sóla vez de comer", denunció Carbone. Como acto final Postma dictó prisión preventiva por el plazo de ley para 12 de los acusados. Los otro cuatro habían realizado acuerdos de parte con la Fiscalía: dos con prisión domiciliaria, uno con la obligación de firmar dos veces por semana en Tribunales; y uno en libertad bajo una fianza de 10 mil pesos, aunque seguirá ligado al proceso.
La madre de "Lichy" Romero tenía su rol en la banda
Otro detalle que brindo la extensa audiencia en la que se imputó a 14 personas por asociación ilícita estuvo dado en la participación de Mónica, la madre de "Lichy" Romero. De acuerdo a la imputación, la mujer apretó a las víctimas del robo en el que cayó preso su hijo, el 18 de junio pasado, por el cual fue imputado.
Esa mañana, el más conocidos de los Romero fue en su auto con una mujer de fisonomía similar a la de su novia y robó a una familia en Garzón al 1200 bis, en Empalme Graneros. Uno de los integrantes de la familia reconoció a "Lichy", ya que lo conocía de Nuevo Alberdi. Con ese dato fue apresado junto a su medio hermano Diego y su novia en el barrio Municipal.
A partir de eso, Mónica llamó reiteradamente a lo largo del día a las víctimas del atraco para que no realizaran la denuncia o en su defecto, que la retiraran. Por eso las fiscales la imputaron como autora del delito de "encubrimiento por favorecimiento personal" y la incluyeron dentro de la estructura de la asociación ilícita como la encargada de realizar arreglos con la policía para que le brindara protección a la banda liderada por su hijo.