Daniel Zalazar, un profesor de taekwondo que hace un año mató a puñaladas a una joven que le hizo un planteo de paternidad, a la abuela y a una tía de la mujer, e hirió de gravedad a dos niños, fue condenado hoy a prisión perpetua por un tribunal mendocino.
La sentencia fue dispuesta esta mañana contra Zalazar en el marco de un juicio abreviado por los crímenes perpetrados en la madrugada del domingo 23 de octubre en el barrio Trapiche del departamento mendocino de Godoy Cruz.
Zalazar, nacido en Catamarca y criado en Santa Cruz, llegó como único imputado al juicio por los asesinatos de Claudia Lorena Arias, de 31 años; Marta Susana Ortíz, de 45; y Cecilda Vicenta Díaz de Ortíz, de 90.
La condena incluyó las tentativas de homicidio de los tres hijos de Arias, de los cuales dos de ellos, una niña de 9 meses y un niño de 11 años, resultaron heridos de gravedad.
El juez Alejandro Iturbide y el abogado defensor de Zalazar, Sergio Carreño, pactaron un juicio abreviado para no llegar al debate oral luego de que el acusado admitiera su responsabilidad en el ataque.
Asimismo, la defensa solicitó que Zalazar sea trasladado a un penal de Río Gallegos, Santa Cruz, donde vive su familia, aunque este punto no fue resuelto hoy por la Justicia.
El triple crimen provocó conmoción hace un año en Mendoza por la cantidad de víctimas y porque uno de los niños logró escapar de la casa, se escondió en el baúl de un auto y desde allí pudo pedir auxilio a otros familiares.
De acuerdo con fuentes vinculadas al caso, Zalazar había sido convocado por Arias a su casa por un planteo que quería hacerle respecto de la posibilidad de que su hija de 9 meses haya sido fruto de una relación ocasional con el deportista.
Zalazar y Arias se conocieron por la práctica de taekwondo y en los últimos meses el hombre le daba clases a los hijos mayores de la joven.
Sin embargo, cuando concurrió a la vivienda y se produjo una discusión el hombre atacó a toda la familia.
El domingo por la mañana el hombre se presentó con heridas en el hospital Central de Mendoza y dijo que lo habían asaltado, pero quedó detenido de inmediato porque los médicos no le creyeron y dieron aviso a la policía.
Los investigadores estimaron que Zalazar mató primero a Arias y luego a su tía, quien intentó salir en defensa de la joven, tras lo cual degolló a la abuela de 90 años mientras dormía.
Posteriormente atacó con el mismo cuchillo a la beba y al niño de 11 años que también estaban acostados y los abandonó creyéndolos muertos.
En medio de los ataques, el niño de 8 años logró escapar sin ser visto y se mantuvo escondido con su perro en el patio hasta que logró ingresar en el baúl de un auto, en el garage, y desde allí pedir ayuda a otro tío que es policía.
Antes de irse de la vivienda, Zalazar había intentado incendiar la casa para cubrir sus huellas.