La contienda por el patrimonio millonario de un empresario y cantante rosarino, que incluyó media decena de atentados a balazos desde 2009, dirime en estos días un capítulo decisivo. El litigio está trabado entre otras cosas por la disputa de ocho departamentos en un edificio en la zona más exclusiva de Punta del Este y por el controvertido poder con el cual se vendieron seis de esas unidades.
Quienes se enfrentan por sus bienes son los hijos del comerciante y la mujer que compartió con él 40 años de su vida, los últimos en una mansión del barrio Kentucky de Funes. El caso sería como una cuestión litigiosa más si no fuera porque a los hermanos fueron atacados a tiros en hechos nunca esclarecidos.
Elio Wainberg era conocido en Rosario por varias facetas. Dueño de la Salinera Austral, con la forjó su sólida posición comercial, también eran públicas sus veleidades de cantor romántico que lo llevaron a alquilar teatros y contratar al bolerista mexicano Armando Manzanero para cantar a dúo. También los cronistas de economía de medios locales lo conocían como contacto de prensa de Domingo Cavallo en los 90.
En julio de 2014 Elio murió en Cancún tras descompensarse en la pileta del hotel donde se alojaba con su segunda mujer, Mirta Peralta. Tras su muerte recrudeció la guerra por su legado económico entre ella y los hijos de Wainberg, Gabriel y Diego. Ambos se salvaron de ejecuciones a balazos oportunamente tratadas por la prensa rosarina: a Diego le pegaron cuatro tiros el 29 de octubre de 2009 en Cerrito y Mitre. A Gabriel le dispararon dos veces en Mitre al 5000 el 12 de agosto de 2014.
Aunque se desdijeron en tribunales para evitar demandas por daño moral, los hermanos están convencidos de que Mirta está detrás de esos atentados. Ella fue a la Justicia para decir que esas acusaciones son infundadas porque jamás apareció un elemento en su contra. Desde el otro bando recuerdan que un sobrino directo de Mirta es Pablo Peralta, un sicario que mañana empezará a ser juzgado por balear a un abogado y matar a un policía (ver página 27).
Dudosos poderes
La disputa por los departamentos de Punta del Este se centra en un planteo formulado en el Tribunal Civil 10 de Montevideo por la abogada uruguaya Margarita de Hegedus, apoderada de los hermanos Wainberg, sobre el modo en que Mirta vendió seis de ellos merced a un poder en extremo dudoso.
Se trata de un documento a través del cual Elio, como titular de la sociedad uruguaya Bomvilán, confiere a Mirta un poder general para disponer de los bienes integrados en esa sociedad con la que había adquirido los ocho departamentos. El mismo día en que se confeccionó ese poder se labró un instrumento privado por el que Elio cede a Mirta, por 50 mil pesos, 500 acciones de la sociedad rosarina First House que controla dos inmuebles de mayor valor económico: la casa del country Kentucky y un departamento en Torre Embarcaderos, en Puerto Norte.
Ambos documentos —el poder para la sociedad uruguaya y la cesión accionaria para la rosarina— están certificados por el mismo escribano el mismo día. Pero hay un detalle en la conformación de ambos documentos que, para los hijos de Wainberg, los vuelven en extremo sospechosos de ser falsos. Esos documentos están fechados el 27 de junio de 2014 con la intervención de un escribano de Buenos Aires en un estudio de esa ciudad. Al día siguiente Elio se subió al avión que voló de Rosario a México donde moriría 13 días después.
¿Dónde estaba?
Lo significativo es que el 27 de junio de 2014, cuando Elio debió estar en Buenos Aires para suscribir el poder general en favor de Mirta, sus empleados de Salinera Austral aseguran haberlo visto allí trabajando, por lo que serán ofrecidos como testigos.
La segunda cuestión suspicaz es que ese mismo día Elio se hizo atender en Rosario por una dentista para un tratamiento de conducto, hecho demostrado por un certificado del Colegio de Odontólogos. La incógnita: ¿cómo pudo Wainberg haber ido a Buenos Aires el día que fue visto en Rosario por la odontóloga y los empleados de la salinera?
A través de sus abogados José María Chena y Marcos Peyrano, los hijos de Wainberg pidieron en el Juzgado Civil y Comercial Nº 6 de Rosario que Mirta exhibiera el original de la cesión de acciones firmada en Buenos Aires para constatar su autenticidad. Llegar a ese documento se transformó en una carrera de obstáculos no salvados hasta hoy. Ante el primer requerimiento ella adujo que ese instrumento estaba en el Registro Público de Comercio. Pero al ser requerido, el Registro notificó al juez Néstor García que no retiene ese tipo de documental.
Esto originó una intimación a presentarlo por lo que la mujer dejó en el expediente una fotocopia alegando que temía que tan vital documento se perdiera. Como eso no sirve para peritar la firma de Elio, que es lo que se procura, el juez exigió que entregara el original de la cesión de acciones. Pero la mujer adujo que se lo habían robado de su departamento de Urquiza al 1800 donde ladrones forzaron la puerta y se llevaron también 42 mil pesos.
Para los apoderados de los Wainberg estas peripecias son un intento de impedir que quedara en evidencia que Mirta vendió los departamentos de Punta del Este comprados por Elio con un documento trucho, dado que él nunca firmó ese poder sino que su firma fue adulterada.
Diez balaceras
Además de las disputas en tribunales civiles en Montevideo y Rosario, en esta ciudad hay un trámite penal en curso. La fiscalía NN ordenó en el cruzamiento de expedientes de al menos diez casos de ataques con amenazas, balaceras a viviendas y hechos de sangre. El último capítulo de esta saga violenta fue el 26 de marzo del año pasado. Esa mañana un empleado de la Salinera Austral, Eduardo H., fue interceptado en Alvear y San Lorenzo por un hombre que se bajó de un auto y le destrozó la cara con una manopla. "Esto te pasa por traidor", le dijeron.