La pesquisa por el homicidio de Santiago Mercansín, el actor y director de teatro de 54 años asesinado a golpes hace un año, podría incorporar un dato clave luego de que se descubriera que un hombre detenido el año pasado por el crimen de su mujer mantuvo un intercambio de llamadas con Mercansín antes de que lo mataran. Por eso la fiscalía pidió que se le extraiga sangre para cotejarla con el ADN levantado en la escena del crimen.
Los investigadores son cautelosos pero un trámite realizado ayer en Tribunales podría sumar un elemento relevante en la pesquisa del crimen del actor hallado muerto el 20 de febrero de 2016 en su departamento de Jujuy 1850.
Mercansín fue encontrado la noche de ese sábado por un sobrino que lo halló tirado en el piso, boca abajo y con un jean tapándole la cabeza. La Policía Científica constató golpes en la cabeza y cortes profundos que se presumen producto de puñetazos.
El fiscal de Homicidios Florentino Malaponte, a cargo de la investigación, trató de reconstruir los momentos previos al crimen. Sin rastros de los homicidas, se pidió colaboración para dar con un hombre captado por una cámara de vigilancia que habría estado con la víctima en una galería de Corrientes y Córdoba. Pero ese hombre jamás se presentó a declarar y se desconoce su paradero, lo que no quiere decir que se haya relajado la mirada de los investigadores sobre su figura.
Ahora surgió un nuevo elemento. A través de pericias telefónicas, el fiscal estableció que Mercansín tuvo un intenso intercambio de llamadas con el teléfono de Walter Santos G., un carpintero de 34 años imputado por el fiscal Luis Schiappa Pietra del homicidio de su pareja (ver aparte).
ADN
Como el 30 de marzo se le realizará una extracción de sangre en la causa por el crimen de su mujer, Malaponte pidió que se tome otra muestra que luego será usada para cotejarla con el ADN de restos biológicos encontrados en la escena del crimen de Mercansín.
Ese día hubo indicios de que la víctima intentó defenderse, por lo que se ordenó la toma de muestras de rastros sobre objetos y el cadáver.
Ayer el fiscal aclaró que G. no está imputado en la causa que él investiga y que el objetivo era aprovechar la extracción de sangre pedida por su colega para cotejarla con la evidencia del caso Mercansín. También recordó los registros de llamadas y otros datos que lo ponen bajo sospecha.
La defensor público Juan Pablo Nardín dijo estar en desacuerdo con la medida pedida por Malaponte e instó al juez a cumplir las garantías y derechos constitucionales de su asistido, que no fue imputado en esa causa ni convocado como testigo. Además dijo que se trata de una medida notoriamente invasiva.
Tras escuchar a las partes, el juez Héctor Núñez Cartelle autorizó el pedido del fiscal y ordenó que la defensa tenga acceso al control de esa prueba y también al cotejo posterior con la evidencia colectada.
Bajo sospecha
Walter Santos G. está sospechado de matar a su mujer en septiembre de 2016. Quedó detenido luego de llamar a la comisaría 12ª y avisar que su pareja de 24 años, Daiana Armanino, se había matado de un balazo que le ingresó por una axila. Walter dijo haber escuchado un disparo y luego la vio muerta en la habitación de la casa que compartían en Roullión al 400 bis. El hombre entregó el arma a la policía, un revolver calibre 38 envuelto en un trapo y desde entonces está detenido. El caso investigado por el fiscal Luis Schiappa Pietra tiene a los hijos y familiares de la víctima como principales testigos para contrastar las dos versiones del hecho.