Hortensia y Flor de Nácar es una esquina transitada en lo profundo del barrio Las Flores. En ese cruce los colectivos de la línea 140 toman la primera curva de su recorrido hacia el centro. Allí, poco antes de las 16 del miércoles, Jesús Osvaldo Fernández, de 23 años, caminaba junto a Kevin, su sobrino de 16. Ambos regresaban a su casa tras realizar una reparación eléctrica en un domicilio de la zona. Cuando estaban por llegar a la esquina un hombre armado les salió al cruce. A punta de revólver a Kevin le quitó el celular, pero Fernández no se lo dio. Cuando creyó que era su oportunidad para evitar el robo intentó correr y el ladrón efectuó dos disparos: uno hacia el piso y el otro al cuerpo de Fernández, quien recibió el impacto en el hombro izquierdo, sin orificio de salida. Al muchacho lo cargaron en un auto y lo trasladaron al hospital Roque Sáenz Peña, donde ingresó muerto. El agresor, en tanto, fue identificado como un vecino del barrio.
Ayer a la mañana familiares y amigos de Jesús Fernández se agolparon frente a la puerta de la subcomisaría 19ª, símbolo de la ley en el barrio Las Flores y ubicada a sólo 100 metros de donde ocurrió el ataque criminal. La gente trataba de culminar con el papelerío que les permitiera que en el Instituto Médico Legal (IML) liberaran los restos del hombre asesinado 20 horas antes para poder velarlo y darle el último adiós.
"Nosotros queremos que se cuente la verdad. Aquí no hubo ningún ajuste de cuentas. Lo primero que hacen los medios cuando hay una muerte en un barrio pobre, como éste, es decir que hubo un ajuste de cuentas. Y nada que ver", se descargó una de las familiares de Fernández. Luego relató lo que en la suma de los testimonios se transformaría en lo más cercano a lo que ocurrió. La mujer contó que a Kevin y a Jesús "los quisieron robar y por un celular a Jesús lo mataron con un balazo".
La familia Fernández vive en Platón al 1900, a metros de Flor de Nacar. Platón es una calle angosta, cercada por agua pestilente a los costados de la traza que se desarrolla bajo un enjambre de cables de luz. A ambos costados del pavimento destrozado se levantan humildes viviendas de chapas y material. El agua que se escapa de las conexiones clandestinas a cielo abierto hacen que el barro sea normal. Jesús Fernández vivía allí junto a su familia y su pequeña beba de tres años. "A Jesús esto «pitines» lo mataron como a un perro por un celular de mierda", dijo uno de los allegados al joven asesinado. La acusación de "pitines" fue en alusión al acusado de matar a Fernández, integrante de una gavilla en la que hay sospechosos de haber cometido incluso una violación.
Cerca de la seccional
Según la reconstrucción oficial, el miércoles a la siesta Jesús y su sobrino Kevin estuvieron realizando una reparación de electricidad en una vivienda de pasaje Cala y 513, última calle de Las Flores antes del terraplén. Aproximadamente a las 16, los dos muchachos regresaban a su casa y caminaban por Hortensia y Flor de Nácar, a una cuadra de la sub 19ª, cuando un muchacho que conocían los increpó con un arma. "El que los robó es un tal «Seba», que es pariente del «Nego»", explicó un allegado a Fernández.
"Seba" tiene como marcas distintivas a simple vista dos tatuajes: una lágrima en su rostro y una hoja de marihuana en la nuca. Una de las decodificaciones del lenguaje carcelario que tiene el tatuaje de una lágrima es que esa persona carga con una muerte, un homicidio.
"Seba" los apuntó y les exigió el celular. Kevin se lo entregó. Fernández no y cuando pudo trató de correr para abortar el atraco. El hombre armado le apuntó. Dicen que primero hizo un disparo hacia el piso, para intimidarlos. Y acto seguido volvió a gatillar impactando a Jesús en el hombro izquierdo con orificio de entrada pero no de salida. La víctima trató de huir trastabillando, pero cayó de bruces y debió ser asistido por dos allegados que los cargaron en un vehículo y lo llevaron al hospital Roque Sáenz Peña.
Dos disparos
"El hombre que los asaltó se llevó el celular del menor y cuando Fernández se negó a darle el suyo e intentó correr, le realizó dos disparos. Uno de manera intimidatoria y el segundo que es el que lo termina matando. Aún no están los resultados de la autopsia, pero al ser una herida sin orificio se estima que fue un arma de bajo calibre", explicó en rueda de prensa el fiscal Adrián Spelta.
"Los dos protagonistas (Fernández y "Seba") mantuvieron un encontronazo horas previas al homicidio pero esto no tendría relación con el robo. El principal sospechoso es un hombre que cuenta con antecedentes", indicó el fiscal.