Lo rociaron con alcohol y le quisieron prender fuego. Le gatillaron dos veces pero las balas no salieron", contó Pablo, un vecino de Gustavo C., el hombre de 41 años que fue emboscado por seis hombres armados en la puerta de su casa del barrio Luis Agote cuando se disponía a llevar en un utilitario a sus dos hijas a la escuela. A punta de pistola el dueño de casa y las nenas fueron obligados a reingresar a la vivienda y, una vez adentro, los intrusos saquearon la propiedad. Se llevaron, según fuentes policiales, artículos electrónicos, ropa y 25 mil pesos. La huida fue en el vehículo del hombre asaltado. Es el segundo robo con la modalidad entradera que sufrieron en ese domicilio (ver aparte).
A las 7 de ayer, Carlos G. salió de su casa de dos pisos del pasaje Masón al 3200, cortada que corre paralela a Tucumán y que se extiende desde Vera Mujica hasta avenida Francia. Se subió a un furgón Citroen Berlingo gris, que estaba estacionado en el garaje. Cuando ya estaba sentado frente al volante del utilitario esperando a sus dos hijas aparecieron en escena seis hombres. Uno le apoyó el caño de un revólver en el cuello. A esa hora la lluvia era intensa.
"Vamos para adentro", ordenó uno de los recién llegados. El dueño de casa no ofreció resistencia y debió entrar nuevamente a la casa con los captores. En el interior de la propiedad estaban las dos hijas, pero no se encontraba la esposa porque había viajado. A partir de este momento, Carlos G. vivió una pesadilla. Los intrusos lo maniataron con un cordón y comenzaron a recorrer las dos plantas de la casa en búsqueda de elementos valiosos.
Lo que robaron. Al cabo de un rato, los ladrones lograron su cometido. Se apoderaron de dos televisores con pantalla de LCD, una computadora portátil, un equipo de música y prendas de vestir. También se llevaron 25 mil pesos que estaban guardados en uno de los ambientes de la vivienda. En el paso siguiente, los malhechores guardaron la ropa en bolsos y cargaron los objetos sustraídos en el Citroen Berlingo. En escasos minutos, se esfumaron por el pasaje Mason con rumbo desconocido.
Cuando los intrusos ya se habían marchado, Carlos G. se asomó al balcón y le gritó a un vecino clamando por ayuda. Pablo, que vive enfrente, se subió a una escalera. La apoyó en uno de los tres balcones y se introdujo en la planta alta.
"Lo desaté y las nenas lloraban y me decían «casi lo matan a mi papá». Le gatillaron tipo ruleta, pero los tiros no salieron porque tenía pocas balas el revólver. La casa estaba toda revuelta y se llevaron todo. (los asaltantes) tienen que haber venido en dos autos porque eran seis, pero yo vi un solo auto", dijo el testigo.
Pablo comentó que no distinguió los movimientos de los ladrones, pero alcanzó a observar a uno de los autos en los que se movilizaban. "Solamente escuchamos la alarma por las piedras que cayeron, pero tiene que haber venido en dos autos porque eran seis ladrones".
—¿El robo fue al voleo?.
—No creo porque eran seis ladrones y estaban organizados.