Algunos vecinos relataron que la tarde del viernes fue de mucha acción en los monoblocks del Fonavi de Derqui y Donado, en la zona oeste de la ciudad. Primero fueron trompadas por doquier entre un par de muchachos del barrio. Más tarde uno de esos jóvenes sin calma recibió un balazo en una pierna. Y el colorario llegó sobre la medianoche, cuando Walter Marcelo Barrios, de 40 años, fue asesinado con una lluvia de balazos calibre 9 milímetros en Derqui al 7600, a metros de la escuela Nº 1.263 "Joaquín V. González".
Según el informe preliminar de la autopsia, el cuerpo de la víctima tiene 14 orificios, los que llevó a inferir al forense que recibió 7 balazos que dejaron sus huellas de entrada y salida. Barrios tenía domicilio en Cabín 9, pero era habitué en la zona en la que residen dos de sus hermanos. El agresor, según refirieron los pesquisas, tiene 25 años, es vecino del barrio y tiene prontuario abierto.
"¿Lo mataron al Chelo? No me digas. Yo escuché los disparos, pero ya estaba acostado. ¿Para qué me iba a asomar? Escuché primero el balazo por allá (la zona de Carranza y Cochet) y después los disparos del vuelto", relató uno de los vecinos que dialogó con este diario.
Una tarde difícil. "El viernes hubo quilombo toda la tarde, pero nunca podés saber si era entre el finado y su matador o si el lío venía por otro lado. Lo que se comenta es que primero Chelo fue a buscar a «Ema», el hijo del pastor que vive aquí en la cuadra, y le pegó un tiro en una pierna. Y después Ema le dió el vuelto, lo mató", explicó otro vecino del barrio que también se conoce como Fonavi Súpercemento. El motivo de la bronca es una de las preguntas de los pesquisas.
Los hermanos. Súpercemento es un Fonavi construido en la década del 90 en el país. Hace varios años, dos hermanos de Chelo Barrios se afincaron a la altura de Derqui al 7600, a metros de la escuela Nº 1.263, frente a una placita. Según se pudo reconstruir a partir del diálogo con vecinos, el viernes a la medianoche Chelo junto a sus hermanos empujaban un auto descompuesto para estacionarlo ya que el cuñado de la víctima es mecánico. En eso estaban cuando de imprevisto apareció en escena Ema y sin mediar palabras abrió fuego contra Chelo Barrios.
"Escuchamos entre siete y ocho balazos. Fue unos 20 minutos después de medianoche", indicó otro de los residentes. En la escena del crimen, sobre una de las galerías de los monoblocks, quedaron esparcidas varias vainas calibre 9 milímetros y algunos plomos deformados. "El que mal anda mal acaba", dijo uno los vecinos del lugar consultado por el cronista.
Walter Barrios recibió múltiples heridas en las piernas y el tórax. De inmediato sus familiares lo cargaron en un Peugeot 504 color gris y lo trasladaron hasta el policlínico San Martín, ubicado en Chubut al 7100. Pero en ese centro de salud nada pudieron hacer. Su cuerpo tenía 14 orificios, lo que llevó a presumir que siete balazos habían perforado su humanidad.
El agresor se perdió entre la oscuridad y la neblina que ya reinaba sobre la ciudad. Sobre Ema, el hijo del pastor, pudo saberse que es un ex convicto con al menos dos condenas: una de cumplimiento condicional y otra por un robo calificado. El 26 de abril pasado lo habían detenido en un operativo poco claro junto a un menor de 17 años. Ambos circulaban por Carranza al 800 en un Volkswagen Voyage que había sido robado dos días antes en Ravignani y Mendoza. Ema, además, tenía un pedido de captura activo de enero de 2012 por evasión y a solicitud del juzgado Correccional 6. Sin embargo, en la audiencia imputativa Ema, a quien vinculan con una gavilla conocida como "Los Gilios y los Roma", fue dejado en libertad.
La investigación del crimen de Barrios quedó en manos de la fiscal Georgina Pairola, quien comisionó a los efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI) para que trabajaran sobre el terreno. Sobre el mediodía llevaron adelante una orden de allanamiento en uno de los domicilios en los que suele esta Ema, pero arrojó resultado negativo.