Un joven miembro de la banda de Los Cerrajeros, que cometió más de 40 violentos robos en viviendas de Rosario entre 2015 y mediados de 2016, fue condenado a tres años de prisión condicional por tenencia de armas y encubrimiento mediante un acuerdo abreviado entre su defensa y la Fiscalía. Se tuvo en cuenta que no fue reconocido por las víctimas y se lo ubica como "el chico de los mandados" que guardaba armas de fuego que le daba uno de los cabecillas.
El grupo, conformado por delincuentes locales y de Buenos Aires, fue desbaratado en julio pasado tras una larga pesquisa. El resto los integrantes sigue en prisión preventiva a la espera del juicio imputados, entre otros delitos, de asociación ilícita.
La llamada "banda de Los cerrajeros" se cargó al menos 44 robos violentos en casas de Rosario. Tenía logística asentada en autos, comunicaciones, poder económico, armas y la novedosa modalidad de irrumpir en las casas usando una tarjeta plástica con la que corrían el pestillo de la cerradura de la puerta principal, que en general sus moradores dejaban sin el llave.
Según la ocasión, los tres o cuatro ladrones que irrumpían actuaban con extrema violencia. Reducían a las víctimas, les apuntaban con armas, las golpeaban, gritaban y a veces hasta utilizaban una plancha caliente para atormentarlos.
En junio pasado fueron detenidos en Buenos Aires y Rosario seis personas: el rosarino Claudio Martín "Caio" C., de 42 años; su hijo Nicolás Martín C., de 19, y sus vecinos Eugenio "Ketu" S., de 30, y Nicolás Gabriel "Tato" Heredia. Este último cumplió 18 años quince días antes de ser detenido y es el joven condenado ahora apuntado como "che pibe" de la banda.
También fue apresado en junio Juan Alberto V., "Dany" o "Rata", de 30 años y domiciliado en la localidad bonaerense de Ciudad Evita, en el partido de La Matanza. Este fue identificado por las víctimas como la persona que ingresaba a los domicilios y que se mostraba más violento, el que mandaba, portaba armas y les indicaba a cada uno lo que tenía que hacer.
Otro bonaerense acusado es Pablo Sebastián S., también oriundo de La Matanza y apodado "Pancho", quien tiene una condena a 14 años de prisión por robo calificado y tentativa de homicidio.
Las fiscales de Investigación y Juicio Georgina Pairola y Viviana O'Connell los acusaron de integrar —dos de ellos en calidad de jefes— una asociación ilícita sostenida en el tiempo y con una "clara distribución de roles" para cometer delitos contra la propiedad.
Le achacaron 13 de 44 robos calificados y la portación de diez armas halladas en los allanamientos. En septiembre se les extendió la prisión preventiva, condición en la que esperan el juicio. En esa oportunidad también fue imputado Néstor Daniel G., localizado en la Unidad Penitenciaria Nº 43 de González Catán. A ese hombre detenido desde el 26 de febrero por infracción a la ley de estupefacientes, se lo apunta como quien amedrentaba a las víctimas con una plancha.
Tenencia
Hace pocos días la defensa de Tato Heredia, encabezada por el abogado particular Maximiliano Nicossia, llegó a un acuerdo con la Fiscalía respecto de la situación del joven imputado.
En base a una serie de evidencias se logró acreditar que su rol, aunque útil para la logística, era de poco monta en la estructura de la banda. "Era menor cuando ocurrieron los hechos, se había apegado a Caio porque no tiene familia, y lo mandaban a comprar chips de telefonía, comida, le daban las armas para que las guardara", describió un pesquisa.
El joven participó en ruedas de reconocimiento de personas por siete hechos, pero ninguna de las víctimas lo apuntó como alguno de los asaltantes. Cuando allanaron la casa de Tato, soltero y mecánico de oficio, encontraron un bolso con armas de fuego de alto poder que se cree fueron utilizadas para los robos.
Las fiscales tomaron nota de ese rol pasivo del joven y acordaron una pena que se homologó en un trámite de juicio abreviado durante una audiencia celebrada días atrás en Tribunales. En esa instancia la fiscalía describió los hechos y desistió de acusarlo como miembro de la asociación ilícita. Asimismo, detalló el acuerdo alcanzado con la defensa de Tato, quien también dio su visto bueno.
Finalmente el juez Gustavo Pérez de Urrechu admitió el trámite y quedó en condiciones de dictar la primera sentencia para uno de los integrantes de la banda de Los Cerrajeros. Así, el magistrado condenó a Tato a tres años de prisión de ejecución condicional y le impuso una multa de 1.000 pesos como autor de cuatro hechos de tenencia de arma de guerra sin la debida autorización y dos de tenencia de arma de fuego de uso civil, y encubrimiento agravado en concurso real.