Dos hermanos comenzaron a ser juzgados por el homicidio de Orlando Darío "Chome" Ferreyra, ocurrido en julio de 2015 en Granadero Baigorria. Se trata de Oscar Alberto "Tucu" Velázquez y su hermano Jorge, conocido como "Tochi", para quienes el fiscal Adrián Spelta pidió una pena de 18 años de prisión por homicidio simple. En tanto, las defensas de los acusados solicitaron que sean absueltos al alegar que se defendieron de una agresión por parte de la víctima.
Por el hecho el año pasado fue condenado por encubrimiento un policía de 22 años, cuñado de Tucu. El juicio oral comenzó días atrás ante el tribunal conformado por los jueces Ismael Manfrin, María Mas Varela y Juan Carlos Curto y seguirá hoy.
El crimen de Ferreyra fue el 27 de julio de 2015 a la 0.30 en Asunción y Lima, un humilde sector de Granadero Baigorria. Según la teoría del fiscal Spelta, esa noche los hermanos Velázquez estaban en la casa de un amigo apodado "Catito" —aún prófugo por este hecho— cuando Chome pasó por el lugar en su moto.
Ferreyra fue insultado y se bajó de la moto. La discusión pasó a los golpes y en ese marco, según el fiscal, Tucu apuñaló a Chome. La víctima llegó como pudo hasta la casa de un familiar desde donde lo llevaron al Hospital Eva Perón y llegó sin vida. En la pelea también fue apuñalado Tochi, que fue trasladado al mismo efector en un móvil policial.
Por su parte, los defensores esgrimieron otra teoría. En el caso de Tochi, su abogada señaló que estaba solo con Catito cuando pasó Chome y lo insultó, se bajó de la moto y empezaron a pelear. En ese marco Jorge fue apuñalado y, en defensa propia, devolvió la agresión con otro puntazo. Por ello pidió que lo absuelvan por haber cometido el crimen en legítima defensa.
Por el lado del Tucu, su defensor argumentó que no participó de la pelea y sólo apareció para ayudar a su hermano. En tal sentido también solicitó su absolución.
Un condenado
Tras la fatal pelea apareció Brian Ezequiel González, un efectivo el Comando Radioeléctrico apodado "Gordo" y cuñado de Tucu. Este joven de 22 años ayudó a sus familiares a salir del barrio con escolta de un patrullero para evitar una represalia de allegados a Chome. Además, al día siguiente volvió al barrio y amenazó a vecinos que lo habían increpado por lo realizado.
Si bien primero lo negó las acusaciones, el año pasado admitió su culpabilidad en procedimiento abreviado por el cual aceptó una condena a un año y nueve meses de prisión condicional por los delitos de encubrimiento agravado por su calidad de funcionario público e incumplimiento de sus deberes.