"Iván. Un hijo de puta soy, eso es lo que soy". Aturdido, visiblemente consternado y al borde del estallido emocional, Iván Lucas Furiasse se identificó sólo con esas palabras ante el juez que ayer, a pedido de la Fiscalía y la Defensa, suspendió la audiencia imputativa donde se lo iba a acusar del doble homicidio de su mujer, Fernanda Lancona, de 33 años,y de la pequeña hija de ambos, Camila, de 2 años, a quienes mató a cuchilladas el martes a la mañana en la vivienda que compartían en barrio Acíndar. El magistrado determinó que, hasta tanto se conformen juntas médicas y elaboren los informes para establecer su estado psíquico y psicológico a fin de determinar si comprendió la criminalidad de sus actos, quedará detenido bajo tratamiento y con custodia policial en un hospital psiquiátrico.
Con bermudas celestes, una chomba turquesa con rayas blancas manchada con pequeños rastros de sangre y una venda que le cubría una lesión en su mano derecha, Iván, de 33 años, se sentó en el banquillo de los acusados custodiado por dos policías en la sala de audiencias más grande de los Tribunales provinciales, repleta de periodistas y algunos auxiliares de la Fiscalía y la Defensa.
El acto debía comenzar a las 12, pero se retrasó 45 minutos. Durante esa larga espera, hasta que llegó el juez Héctor Núñez Cartelle, el acusado estuvo esposado y con la cabeza gacha. De a ratos se llevaba la mano izquierda al rostro y se comprimía los ojos. Parecía al borde de un estado emocional que controlaba con esfuerzo extremo.
El magistrado ingresó en la sala, realizó la apertura formal de la audiencia y le pidió a las partes que se presentaran. Por la Unidad Fiscal de Homicidios Dolosos lo hizo Florentino Malaponte, mientras que por la defensa estuvo el abogado Diego Villar, del Servicio Público de la Defensa Penal (Spdp).
Luego Núñez Cartelle le pidió al acusado que se identifique y que hable delante del micrófono para que lo tomara el sistema de audio. Pero en ese momento el muchacho giró su cuerpo como pidiendo auxilio a los custodios, agachó la cabeza una vez más y se bloqueó. Un denso silencio de al menos 30 segundos se apoderó del recinto y recién después se escuchó su voz tenue: "Iván. Un hijo de puta soy, eso es lo que soy".
El defensor solicitó que atento a los datos ingresados en la carpeta judicial del caso, donde ya estaba asentada la identidad del acusado, se lo desligue de verbalizar su nombre, lo que parecía obligarlo a un esfuerzo extremo e innecesario.
Acuerdo de partes
Cuando el juez le cedió la palabra al fiscal Malaponte, éste aclaró que había informado a la defensa que su idea era suspender la audiencia imputativa atento a la compleja situación que había originado la misma. "Desde que quedó detenido el imputado analizamos los elementos de la investigación y nuestra idea es cambiar la naturaleza de la audiencia", explicó el fiscal.
"No venimos a celebrar una audiencia imputativa, sino que a raíz de las serias sospechas de la incapacidad psíquica de la persona acusada, venimos a solicitar que se haga lugar de disponer su internación hasta que se haga un informe de juntas médicas especiales y disponer una pericia psiquiátrica para saber si estamos ante una persona capaz" de comprender los actos cometidos, amplió el funcionario.
Más adelante subrayó que si bien hay elementos que indican que Furiasse tiene una patología psiquiátrica, también hay otros que marcan lo contrario, y que ante esa posible situación el efecto podría ser la declaración de nulidad de la audiencia imputativa. Frente a ese panorama el fiscal solicitó la internación hasta tanto se realicen las pericias médicas que el juez y las partes entiendan pertinentes.
El defensor adhirió a esa posición y el juez pidió más precisiones. Malaponte dio a conocer entonces dos informes que ya se han incorporado al expediente. El primero es de una médica que apenas después de ser detenido Furiasse, lo revisó en la comisaría 18ª. Allí el hombre dijo no acordarse del aberrante hecho que había cometido, pero se constató que tuvo períodos de lucidez en los que dijo que estuvo bajo tratamientos psiquiátricos y que los suspendió.
El anticristo
Además, la médica dejó constancia que durante la entrevista el paciente le indicó que él era el "anticristo" y que se iba a suicidar. La profesional sugirió entonces que debía ser evaluado por un gabinete psiquiátrico y trasladado a un lugar donde se resguarde su integridad física.
A raíz de esa constatación, el fiscal ordenó que se traslade a Iván Furiasse al psiquiátrico Agudo Avila. Allí, el mismo martes a la tarde, una profesional indicó que se encontraba "lúcido, vigil y orientado, con un discurso escaso e inducido, con actitud suspicaz y mirada esquiva, que no desplegó fenómenos productivos al momento de la evaluación, como así tampoco de agresividad o impulsividad". Y agregó que "no se encontraba en condiciones de hablar en ese momento".
La psiquiatra indicó medicación al joven, su supervisión las 24 horas y una reevaluación por parte de un equipo interdisciplinario de salud mental.
El fiscal Malaponte agregó además que en el domicilio de la calle Villarino 3784, donde se desató el sangriento episodio la mañana del martes, se incautó un informe elaborado por una médica del Instituto Psiquiátrico Philip Pinel donde estuvo internado el acusado en febrero de este año.
El escrito certifica que el 22 de febrero le dieron el alta médica y se le ordenó que "deberá continuar con tratamiento en forma ambulatoria psiquiátrico y psicológico". El mismo escrito agrega que "el paciente no tiene el alta para asistir a lugares de trabajo por un período de 30 días". Hay que recordar que Furiasse trabajaba en la planta de General Motors en la localidad de Alvear.
En un segundo parte médico fechado el 23 de marzo y elaborado por la misma profesional se deja constancia del alta para reincorporarse al trabajo y se aclara que la medicación recetada no influye en el desempeño de la actividad laboral. Sin embargo, especifica que necesita continuar con el tratamiento psicofamarcológico y psicoterapéutico.
Ello se complementa además con el detalle entregado por una empresa de medicina prepaga que tenía Iván y desde donde se aportaron las planillas con las visitas psiquiátricas que realizaron a su domicilio.
La tragedia
En otro momento de la audiencia el fiscal describió brevemente lo ocurrido en la casa de barrio Acíndar y dijo que "no hay dudas que el hombre fue el autor del doble homicidio de su mujer y su pequeña hija". El primero en llegar a la vivienda fue el padre del acusado, quien entró por el patio del domicilio. A Iván lo encontraron en el living, completamente ensangrentado, en calzoncillos y a su lado los cuerpos de su hija y su mujer abrazados sobre una mesa.
Luego ingresaron agentes de la Policía Científica que hallaron el cuchillo utilizado en el hecho en la bacha de la cocina y manchas de sangre en otras dependencias de la casa. Según informes de esa repartición, el acusado habría caminado por esos lugares luego del hecho.
Malaponte también recordó que la primera persona que alertó sobre la situación fue un amigo de la familia que se acercó a la casa y que escuchó al acusado que, desde adentro, le dijo que iba a abrir la puerta. "Entendemos que no hay dudas que ha sido el autor de este hecho", aseguró el fiscal.
Un pantalón ensangrentado, escritos con relatos místicos y el informe forense en el que se constató que las víctimas tenían múltiples heridas (no se determinó cuántas) de arma blanca en el rostro, en los ojos, las orejas y el tórax que causaron la muerte de madre e hija son pruebas que complementan lo dicho por el fiscal.
El defensor dijo estar de acuerdo con la Fiscalía y aclaró que debía determinarse con los informes si su defendido comprendería la criminalidad de sus actos y el proceso penal que lo depositó en la instancia judicial. Entonces Núñez Cartelle resolvió no formalizar la imputación "debido a las razones que expresaron las partes".
Luego hizo lugar a lo peticionado y dispuso la internación del acusado en la Colonia Psiquiátrica de Oliveros o, en su defecto, en el hospital Agudo Avila por un plazo indeterminado, si es posible en una habitación individual y con custodia, a los efectos de resguardar su propia integridad y la de terceros. También dispuso que se realice el abordaje clínico que corresponda hasta que se determine el cuadro patológico del paciente, lo cual determinará si está en condiciones de ser imputado.
peritos. Agentes de la Policía de Investigaciones y de la Policía Científica, en la casa donde ocurrió el doble crimen.