El martes 31 de mayo tres hombres armados ingresaron a robar en la casa de un abogado en la ciudad de Casilda. Los ladrones se llevaron dos armas de fuego, 55 mil pesos, 9.400 dólares, la central donde se grababan las imágenes de las cámaras de seguridad y se fugaron en un Renault Sandero rojo. Pero un vecino vio todo lo ocurrido y alertó a la policía. Así, cuando los maleantes transitaban por la ruta 26S rumbo a Carcarañá fueron interceptados y detenidos. Dos de ellos eran oriundos del partido bonaerense de La Matanza. El restante, un rosarino de barrio Alvear que en junio de 2014 fue condenado en un juicio abreviado a 3 años de prisión morigerada por salidas laborales como integrante de una asociación ilícita y coautor de extorsión.
"Están saliendo desde La Matanza al país bandas de ladrones de casas que trabajan con una pata local que les marca los objetivos. Y realmente están levantando fortunas. Van, meten tres o cuatro golpes en un día o dos, y se vuelven a La Matanza. Rosario, Santa Fe, Chaco, están a un paso", alertó en diálogo con este diario un conocedor del mundo del hampa del partido más grande del conurbano bonaerense y el más poblado de toda la provincia de Buenos Aires, con algo más de dos millones de habitantes.
Así, a partir del atraco al abogado casildense, comenzaron a conocerse apodos y gavillas de los oriundos de La Matanza. Por ejemplo "La banda del Gordo", que cometió a principios de año cinco violentos robos en casas Resistencia (Chaco); la banda que el 4 de marzo copó el pueblo santafesino de Bernardo de Irigoyen para asaltar la intendencia, la sucursal del Banco de Santa Fe, el Correo Argentino y el despacho del juez comunitario; el grupo que atacó al abogado casildense el 31 de mayo; o "La banda de los cerrajeros", liderada por Juan Alberto V., "Dany" y "Rata", todos domiciliados en Ciudad Evita (La Matanza). Esta banda fue detenida hace una semana en Rosario y el viernes desfiló por Tribunales bajo la sospecha de haber cometido en la ciudad 44 atracos en 11 meses. Una banda que comenzaba los golpes preguntando "¿Dónde está la plancha?", elemento utilizado para torturar a sus víctimas.
Viejo conocido. Matías I. esta a un paso de cumplir 25 años y lo conocen como "Chuna". Nació en la villa San Petersburgo, una de las más ásperas de Isidro Casanova, en La Matanza. La mañana del martes 21 de octubre de 2008, junto a otros cuatro jóvenes ladrones conocidos como "La banda de Kitu" ingresó a robar a la vivienda del ingeniero Ricardo Barrenechea, en San Isidro. Pero algo salió mal y el ingeniero fue asesinado. Ese crimen disparó debates sobre la baja de la edad de imputabilidad y de reformas al sistema penal juvenil. También expuso los resortes mediante los cuales la policía bonaerense reclutaba menores que salían a robar sin presiones y ante la mirada negligente de la Justicia. Chuna fue detenido por ese caso pero un tecnicismo legal lo desvinculó de la causa. La mayoría de sus amigos están muertos o pagan condenas que superan los 20 años.
Y no por casualidad, uno de los tres detenidos el 31 de mayo sobre la ruta 26S, tras el robo al abogado de Casilda es Chuna. Cuando los efectivos del Comando Radioeléctrico lo revisaron llevaba un acta de libertad condicional firmada dos semanas antes. Hasta entonces pagó una condena a 8 años de prisión por robo calificado dictada por un Tribunal de Morón por robo calificado, con vencimiento en noviembre de 2017.
También fue detenido Diego Martín R., de 36 años, con domicilio en San Justo (La Matanza). El hombre pagó una condena de cuatro años por robo agravado y tiene dos procesamientos en Buenos Aires. El tercer pasajero del Sandero era el rosarino Sergio Damián Z., de 26 años y domicilio en barrio Alvear. En junio de 2014 fue condenado como integrante de una gavilla que cometía secuestros virtuales. En un proceso abreviado acordó una pena de 3 años de prisión morigerada con salidas laborales. En el esquema de la banda presentado en la audiencia imputativa por el fiscal Nicolás Foppiani, el "Chino" como se conoce a Z., era el encargado de buscar el botín. Otras tres personas fueron condenadas en juicios abreviados a 5 años de prisión.
Modalidad exportada. Al momento del crimen del ingeniero Barrenechea, en octubre de 2008, la banda que integraba Chuna era experta en el uso de una tarjeta de plástico flexible de forma octogonal con la que destrababan las puertas de picaporte fijo cerradas sin llave. Un método similar al utilizado por "La banda de los cerrajeros" desbaratada hace una semana en Rosario e imputada en una audiencia el último jueves. Pero esos pibes, que se jactaban de su modo de robar, exportaron mucho más que esa modalidad. Llegaron a las puertas del Monumento a la Bandera para dar la mayor cantidad de golpes en el menor tiempo posible utilizando una pata local que les marcaba los objetivos.
Los investigadores consultados definieron a esas gavillas como "organizadas, profesionales y poco dispuestas a perder el tiempo". "Enseguida se dan cuenta si hay o no dinero en la casa. No tienen problemas en ser crueles. Si no hay plata se van y eligen otro objetivo. Se mueven con varios puntos abiertos", indicó una fuente de la investigación que se mostró cauta para "no exponer" pesquisas que aún están en curso.
"Hay golpes con formaciones estables, como por ejemplo lo ocurrido en Chaco, donde «La banda del Gordo» estaba integrada por un hombre y sus tres hijastros; o van rotando formaciones en las que sólo se mantiene el cabecilla que llega desde Buenos Aires".
"Los pibes que están yendo a robar desde barrios de La Matanza como Puerta de Hierro, San Petersburgo, 17 de Marzo y Ciudad Evita son pibes que están acostumbrados a ésto. No son soldaditos de transeros ni están en el negocio narco. Son ladrones que han estado en las ranchadas (grupo de presos que comparten un sector en un pabellón carcelario) más pesadas. Allí se conocen con internos de otras provincias y van haciendo la red de contactos para trabajar. Y en los últimos años están volcándose al sicariato, como pasa en Rosario", indicó un conocedor del hampa de La Matanza para contextualizar un territorio violento dominado por la venta de droga ante los ojos de las fuerzas de seguridad.
Con música propia. Bandas que cuentan con su propia banda de sonido. "Tu nombre en mi libreta y apenas yo lo tacho/salen a cazarte en el Bora los muchachos", canta N-Ene, un dominador del estilo como el que se escucha en "Hay plomo a domicilio", una canción con video de alta calidad elaborado en el barrio de Villegas, en Ciudad Evita (www.youtube.com/watch?v=ejtBv9tEM_DASHoNY). Y que en el estribillo repite una y otra vez: "Ando en las calles, papi no te arriesgues que acá hay plomo a domicilio/acá las balas llueven, después de las 12, papi no cometas un suicidio".
Como si eso fuera poco, el experto que habló con La Capital cerró la charla con un último ingrediente a tener en cuenta: "También hay y hubo muchos pibes que se metieron a policías para poder robar con chapa y el Código Penal bajo el brazo".