"Lo único que queremos es que se haga justicia. No fue un disparo accidental porque él tiró y después se tropezó. Hay que esperar, pero en el juicio todos se dieron cuenta de la mentira que él mismo terminó reconociendo: el arma no era de mi hijo. Se la plantaron". Así habló con La Capital Ramona Coronel el primer lunes de febrero, cuando empezó a juzgarse el crimen de su hijo Ezequiel Luján tras cinco años de epera. Estaba acompañada como cada día de audiencia por el padre de sus cinco hijos, Héctor Rubén Luján, y la hermana mayor del joven fallecido, Daniela. Ellos dieron una pelea sin estridencias y nunca convocaron a una marcha. "Dejamos todo en manos de Dios y la Justicia", explicaron el primer día de debate.