Angel David Z. tiene 16 años y vive con su madre en barrio Tablada. Ayer a la mañana le contó a un juez, en el marco de una audiencia, que en 48 horas fue detenido dos veces por la policía, en cercanías de su casa, y que en ambas fue brutalmente golpeado. Refirió que en las dos ocasiones terminó en un calabozo de la comisaría 16ª. Su primera estancia allí está acreditada en los libros de guardia de la seccional. Un segundo ingreso del adolescente a la misma dependencia no figura. Lo que sí está constatado por médicos oficiales son las evidentes marcas de golpes en casi todo su cuerpo. Por esa razón el juez que presidió la audiencia ordenó a la fuerza de seguridad provincial que se abstenga de acercarse al muchacho en el futuro a menos que exista una orden judicial y encomendó una investigación de los dos hechos a la oficina de Violencia Institucional de Fiscalía, a cargo de Karina Bartocci.
Lo que se ventiló un Tribunales ayer fueron dos episodios consecutivos y semejantes. A Angel Z. lo detuvo por primera vez una patrulla del Comando Radioeléctrico el sábado 8 de abril acusándolo de ser quien un rato antes había intentado robar a una persona con un arma blanca. Lo llevaron a la comisaría 16ª de Ayacucho al 3300 donde quedó demorado. El muchacho denunció que fue sometido a una golpiza tanto en el móvil como en la seccional. Desde la 16ª consultaron a la jueza de Menores Gabriela Sansó quien ordenó su libertad y citó al joven en el juzgado para el lunes 10 de abril.
Aunque ya habían pasado dos días, el chico se presentó visiblemente golpeado en el juzgado. Acompañado por su madre, negó ser el autor del robo y contó en detalle que lo habían molido a golpes en la seccional. La jueza ordenó que lo examinara el médico forense judicial, quien detectó cinco niveles distintos de lesiones entre escoriaciones, contusiones y equimosis. No le impuso ninguna restricción ambulatoria y Angel se fue a su casa.
El chico contó que al retirarse de Tribunales no volvió con su madre sino que fue a lo de su abuela, que vive en Avellaneda al 4000. Después de las 16 decidió volver a su casa en Beruti al 3800, para lo que debió tomar dos colectivos. Cuando iba a abordar el segundo, continuó, apareció una camioneta negra del Comando y le preguntaron: "¿Vos sos Z.?" Al responder que sí lo colocaron contra el capó de la chata para requisarlo. Lo sacaron el celular y lo subieron al vehículo con la cabeza mirando al piso. Eran las 17.30
Angel denunció que al cabo de diez minutos de circular lo hicieron bajar en una calle de tierra sin poblado alrededor y que en un monte de matorrales le empezaron a pegar. Después de las 18 lo llevaron de vuelta a la seccional 16ª donde, afirmó, los golpes continuaron. A las 20 un policía le dijo que se marchara.
Puntos difusos
Hay puntos difusos en el relato del chico que parece callar algo porque no explica los motivos por los cuales sufrió ese castigo. La segunda detención en la 16ª, por otra parte, no consta en el libro de guardia. Lo que es cierto es que la madre al verlo golpeado nuevamente lo llevó al Hospital de Emergencias. Y allí un médico constató que el chico presentaba golpes en las costillas con tumefacción, en la cabeza y en los testículos que no habían sido advertidos por el forense que ese mismo día lo revisó en Tribunales. Lo que indicaban que eran nuevos.
En base a esa constatación el asesor de Menores Daniel Papalardo patrocinó ayer a la mañana un hábeas corpus al considerar que existe un hostigamiento contra el menor, que en cada uno de los trámites judiciales estuvo acompañado por su madre, quien demostró interés en que se aclaren los hechos y responsabilidad por su hijo.
El juez Hernán Postma aceptó el recurso ordenando a la policía que se abstenga de privar de la libertad a Angel Z. salvo que medie instrucción judicial. Y encomendó que la fiscalía de Violencia Institucional abra una investigación para saber qué pasó en la comisaría 16ª dado que hay documentos firmados por dos médicos oficiales que comprueban los golpes recibidos por el adolescente.
La fiscal Bartocci deberá ahora indagar qué pasó en las dos ocasiones. En el primer caso la comisaría 16ª admite que el adolescente (que luego se acreditó fue golpeado) estuvo allí. En la segunda ocasión la seccional alega que Angel Z. no tuvo entrada allí pero hay un relato coherente del chico en sentido contrario y la constatación médica de nuevos golpes.