El ex dictador filipino Ferdinand Marcos fue enterrado ayer en el Cementerio de los Héroes del país en medio del secretismo oficial y protestas de las víctimas de su régimen, 10 días después de que el Tribunal Supremo autorizara el polémico sepelio.
El ex dictador filipino Ferdinand Marcos fue enterrado ayer en el Cementerio de los Héroes del país en medio del secretismo oficial y protestas de las víctimas de su régimen, 10 días después de que el Tribunal Supremo autorizara el polémico sepelio.
El sepelio de Marcos, responsable durante sus más de dos décadas de mandato de la muerte, tortura y detención ilegal de decenas de miles de personas, se produjo tres meses después de que lo ordenara el actual presidente, Rodrigo Duterte, que pidió comprensión a los filipinos.
El antiguo dictador fue sepultado en una ceremonia militar privada que no se anunció públicamente hasta una hora antes de la hora prevista para el entierro, y al que se prohibió la asistencia de los medios de comunicación, que informaron sobre el evento a las puertas del recinto.
Puño de hierro. Marcos fue depuesto en febrero de 1986 tras una protesta pacífica después de haber gobernado Filipinas con puño de hierro, y murió durante su exilio en Hawai tres años después. Desde que el cadáver de Marcos volviera a Filipinas en 1993, la familia del ex dictador pidió su sepultura en el Cementerio de los Héroes, en el sur de Manila, pero hasta ahora habían sido ignorados por los mandatarios filipinos. Además de ser responsable de la muerte, tortura o detención ilegal de más de 100.000 filipinos, Marcos se apropió de forma ilícita de entre 5.000 y 10.000 millones de dólares, según la ONG Transparencia Internacional.