"Me culpan de algo que no hice. Lo que pasó es horrible, yo sé lo que es perder a alguien porque me mataron un primo. Quiero que se haga justicia y se aclare esta mentira contra mí". Esposado, y con un hilo de voz, Brian Emanuel Waigandt, un joven de 27 años conocido como "Ronaldinho", volvió a proclamarse inocente en el caso por el cual lo están juzgando: el crimen de Araceli Ramos, asesinada en junio de 2014 en una fallida entradera.
Minutos antes, los fiscales Pablo Pinto y Miguel Moreno habían pedido que se lo condenara a prisión perpetua y su abogado defensor, Eduardo Sosa, había solicitado su absolución por el beneficio de la duda,en la jornada de alegatos que dio cierre ayer al debate oral iniciado el pasado 19 de abril. La decisión final está en manos de los jueces Patricia Bilotta, Juan Carlos Curto y Hernán Postma, quienes el lunes a las 10 darán a conocer su veredicto.
Asalto mortal. Eran cerca de las 14 del 27 de junio de 2014 cuando Araceli estacionó su Citroën C3 sobre la vereda de su casa de Zelaya 1330. Estaba con su marido, Gerardo Ferroni, y volvían de la distribuidora mayorista de fiambres que tenían a unas veinte cuadras de su domicilio.
Mientras Gerardo bajaba del auto llegaba al lugar una moto de baja cilindrada con dos ocupantes. Quien iba como acompañante bajó del rodado y le pidió a Ferroni que le entregara el dinero. Al parecer los perros de la casa comenzaron a ladrar y el asaltante empezó a disparar. Mientras Ferroni trataba de protegerse, Araceli bajó del auto e insultó a los hampones. Entonces uno de ellos gatilló su revólver calibre 38 y un tiro fatal perforó la espalda de la mujer, de 42 años.
Días después Ferroni iba en su auto por Baigorria y Molina cuando vio a uno de los atacantes. Gerardo, que siempre sostuvo haber reconocido al homicida a quien tuvo "a tres metros", llamó a la comisaría 10ª y por la tarde Ronaldinho fue apresado en Baigorria y Washington.
Juicio. Ayer se realizó la última jornada del juicio oral. Con la presencia de familiares de la víctima y del acusado, la audiencia dedicada a escuchar los alegatos de las partes no se extendió más de una hora y media. Los fiscales resumieron sus pruebas contra Waigandt, basadas fundamentalmente en el reconocimiento que hizo Ferroni del asesino de su mujer. La defensa cuestionó esas evidencias y deslizó que el marido de Araceli pudo haberse equivocado en el reconocimiento ya que, según su teoría, el acusado no estuvo nunca en la escena del crimen.
Primero fue el turno del fiscal de Homicidios Pablo Pinto, quien reseñó el hecho. Aludió a los relatos de diferentes testigos, aseguró que se investigaron con resultado negativo pistas sobre otros posibles sospechosos aportados por la familia del acusado, alegó inconsistencias en la declaración de Waigandt sobre lo que estaba haciendo al momento del crimen e hizo hincapié en el reconocimiento por parte de Ferroni.
"Varios testigos dijeron haberlo escuchado decir que le había visto cara conocida al homicida. Y además no hubo animosidad de su parte para con el acusado", señaló Pinto, quien luego pidió una pena de prisión perpetua por homicidio críminis causa y por ese mismo delito en grado de tentativa, por los disparos contra Ferroni, sumados al intento de robo.
Por su parte, el defensor apuntó contra lo que consideró "grandes deficiencias de una investigación paupérrima" de fiscales y policías. Objetó que no se hayan investigado a otros sospechosos apodados "Ronald" y "Noto". Pero además objetó el reconocimiento realizado por Ferroni al decir que "sus dichos no son de fiar" ya que, como confesara durante el juicio, había sido consumidor de cocaína. Además enfatizó que "la memoria no es independiente de las circunstancias que se viven, no graba necesariamente la realidad".
"A cualquiera de nosotros le podría pasar que acusen a un familiar de algo como ésto basado en su parecido a alguien público", cuestionó Sosa, y agregó que el acusado "nunca estuvo en una comisaría" y es un joven trabajador (albañil de día y delivery de una pizzería por las noches), que la moto de su esposa no era la descripta en el fatal episodio e insistió en que a la hora del crimen Ronaldinho había ido a buscar a su hija al jardín de infantes.
Para el abogado, las pruebas presentadas por los fiscales no alcanzan a dar la certeza necesaria para condenar y en tal sentido pidió la absolución por el beneficio de la duda.
Objeciones. Los fiscales replicaron que, contra lo que dijo Sosa, se investigaron indicios sobre otros posibles homicidas y ninguno fue reconocido. Además objetaron que la defensa alegara pruebas que no habían sido presentadas durante el debate y por ende no serán tenidas en cuenta por el tribunal. También desestimaron que haber sido consumidor de cocaína induzca a Ferroni a equivocarse.
Antes de concluir la jornada, el juez Curto ofreció la posibilidad a Waigandt para que diga sus últimas palabra en el juicio. Entre lágrimas, el acusado volvió a proclamar su inocencia. Y mientras la sala se desocupaba, su esposa pidió permiso para saludarlo. Un tímido y triste beso abrió el compás de espera hasta el lunes cuando se emita el veredicto.