Un sobrino del ex jefe de la barrabrava de Newell's asesinado en 2010 Roberto "Pimpi" Caminos comenzó a ser juzgado el lunes en un juicio oral. Se trata de David Emanuel Caminos, a quien se le atribuyen tres hechos diferentes, el más resonante el crimen del comerciante Ricardo Santana, asesinado hace tres años en un intento de robo mientras atendía su agencia de quiniela y rapipago de la zona sur.
En el primer día de las audiencias orales y públicas, los fiscales María Alejandra Rodríguez y Guillermo Corbella requirieron la pena de 20 años de prisión para Caminos por los delitos de portación ilegal de arma de guerra, robo agravado por la participación de un menor de edad y robo seguido de muerte agravado por el uso de arma de fuego.
Conmoción. El crimen de Santana, un agente retirado de la Prefectura Naval de 59 años, conmocionó a sus vecinos del Fonavi de Grandoli y Gutiérrez. Muchos de ellos lo conocían desde hacía más de treinta años como "La Chancha", quien se había criado en la casa de dos plantas de Gutiérrez 23 en la que luego siguió viviendo con su mujer y sus dos hijos. Allí funcionaba la agencia oficial de lotería "Federico" y también un quiosco y rapipago.
El cruento suceso ocurrió el 26 de marzo de 2013. A las 11.30 de ese día, un hombre ingresó al local exhibiendo un arma de fuego en su mano. "Esto es un asalto", gritó ante la mirada atónita de Santana que estaba sentado en la caja y estaba acompañado por su esposa y su hijo. En ese momento había veinte clientes en el comercio.
Según la reconstrucción del caso, apenas Santana vio al maleante sólo atinó a girar su cuerpo con la intención aparente de encaminarse a su vivienda situada en la parte posterior del local. En ese momento, un balazo calibre 11.25 disparado por el intruso le perforó la espalda. El comerciante se derrumbó al suelo y murió en el lugar.
Acusaciones. La tarde de ese día efectivos de la entonces Agrupación Unidades Especiales detuvieron a un joven de 21 años identificado como Pablo David C., en una casa próxima al barrio Tío Rolo, en la calle Piamonte al 2600, a metros del arroyo Saladillo. Sin embargo, C. no fue señalado por los familiares de la víctima en la rueda de personas realizada en los Tribunales y fue desvinculado del homicidio.
Días después, el 8 de abril David Caminos fue apresado y acusado del asesinato. Una de las evidencias que tuvo la jueza de Instrucción Alejandra Rodenas para procesar al sobrino del Pimpi fue el señalamiento de la esposa y el hijo de la víctima como el autor del hecho.
El arma con la que fue asesinado Santana no fue encontrada, pero en poder del imputado fue secuestrado un revólver calibre 38 lechucero con un proyectil calibre nueve milímetros.
Testimonios. Precisamente, ayer a la mañana los dos familiares de Santana y algunos vecinos brindaron su testimonio ante el tribunal integrado por los jueces Marisol Usandizaga, Ismael Manfrín y Julio Kesuani. En la audiencia la fiscal Rodríguez pidió que el reconocimiento realizado por los parientes fuera incorporado como una prueba.
En el primer día del juicio oral, después de los alegatos iniciales de los fiscales Rodríguez y Corbella y de la defensora oficial Graciela San Miguel, el acusado proclamó su inocencia. "Dijo que cuando lo detuvieron por los dos primeros hechos por los que fue acusado volvía de la casa de la novia", explicó una fuente judicial.
El vocero consultado señaló que Caminos ya había recibido una pena de ejecución condicional por el delito de tenencia de arma de uso civil y encubrimiento.
Tal vez lo que más impactó a uno de los actores del juicio oral fue el temor que invade a quienes viven en la zona donde ocurrió el trágico suceso. Esto quedó corroborado en el hecho de que solamente dos de los veinte clientes que estaban en el local de Santana cuando recibió el balazo mortal aceptaron brindar su testimonio. "Los otros testigos que estaban en el rapipago no lo hicieron por temor a represalias", comentó el portavoz judicial.
El viernes, la fiscalía y la defensa formularán los alegatos finales y el martes próximo se conocerá la sentencia del tribunal.