Con la larga cabellera enrulada en la pesa en el momento supremo del levantamiento, Joana Palacios dejó entrever una mueca de satisfacción enmarcada en el gesto adusto propio de lo trascendental del momento. La joven rosarina, con sólo 19 años, vivió ayer su día de gloria personal al participar en la categoría de 63 kilos en la especialidad de levantamiento de pesas de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Y, más allá de los resultados deportivos, recordó que hasta hace un tiempo debía entrenar al aire libre por falta de infraestructura adecuada.
Palacios, bronce en el Mundial juvenil de Georgia este año, logró quedar quinta en su grupo al levantar un total de 190 kilos, con 83 kilos en arranque y 107 en envión, en la prueba llevada a cabo en el Pabellón Centro de Río, superando en este último ítem su propia marca personal en 7 kilos.
"Estoy muy contenta, además debo reconocer que tuve muchos nervios. Pero lo supe manejar bien. No fue mi mejor torneo, pero lo viví bien", expresó Palacios ante las cámaras de un canal deportivo apenas finalizada su participación en el certamen femenino, algo realmente histórico para la especialidad en nuestro país.
La chica rosarina, que ingresó a los Juegos Olímpicos de Río por una plaza que le fue otorgada a Argentina luego de que la Federación Internacional de Halterofilia suspendió a 13 pesistas clasificados por casos de dóping, pudo vivir su primera experiencia olímpica.
Palacios se entrena debajo de una tribuna del Estadio Municipal Jorge Newbery, en el parque Independencia, desde hace dos años, pero reconoció que se le hace difícil no poder tener las condiciones mínimas que una deportista de esta especialidad necesita a la hora de encarar su trabajo.
"Me gustaría estar concentrada en un lugar, con un entrenador de nivel, comer y entrenar. Se me hace difícil porque hago los quehaceres domésticos de la casa también. Ahora tengo un lugar para entrenarme, pero mucho tiempo lo hice al aire libre, algo que complica bastante cuando es invierno", comentó la pesista.
Sobre la experiencia olímpica propiamente dicha, Palacios se lamentó porque en el arranque la pesa se le cayó y reconoció que sintió algunos dolores en las piernas durante la performance.
En tal sentido, dijo que los nervios pudieron haberle jugado una mala pasada y hasta por momentos tuvo baja presión, pero se mostró satisfecha con lo que pudo brindar.
En la competencia carioca de ayer, la deportista rosarina quedó detrás de la egipcia Esraa Ahmed, con 261 kilos; la cubana Marina Rodríguez, con 215; la japonesa Namika Matsumoto, con 205, y la finesa Anni Vuohijoki, con 192 kilos. La medalla de oro en la disciplina quedó en manos de la china Wei Deng (262), escoltada por la norcoreana Hyo Sim Choe (248) y la kazaja Karina Goricheva (243), que se adjudicaron plata y bronce.
Joana llegó a Río acompañada sólo por su padre, quien además de ser su entrenador es fletero y trabaja en el Mercado de Concentración de Fisherton.
Palacios compitió en el Mundial Sub 20 (en Georgia 2016 y fue bronce en envión) y fue tercera en el Sudamericano Senior y cuarta en el Aquece Río Test Event, ambos disputados en Río de Janeiro.
También consiguió el bronce en el Panamericano Junior, que se realizó en abril pasado en San Salvador, y fue séptima en el Panamericano Senior que se disputó en junio en Cartagena, Colombia.
La halterofilia argentina volvió a tomar parte de los Juegos Olímpicos tras haber estado ausente en Londres 2012, aunque los logros en esta disciplina quedan muy lejos en el tiempo, ya que el único medallista olímpico del país fue Humberto Selvetti, quien consiguió la medalla de bronce en los Juegos de Helsinki 1952 y la presea de plata en Melbourne 1956.