Días atrás decía que la educación empieza por casa, los valores centrales sobre los qué van a girar tu vida social y por ende tu economía dan los primeros pasos antes de que salgas a la calle a confrontar tus ideas con un mundo exterior. Así todo, la preparación será determinante para los resultados.
Economía y deporte tienen tantos paralelos a trazar cómo temas quieras incluir. Al deporte podés padecerlo o disfrutarlo. La predisposición es fundamental en el inicio. Como somos expertos en excusas diremos que la genética hace la diferencia y la respuesta es no. Hay "tocados por la magia" y descansan en ése don echando a perder sus virtudes.
En economía sucede algo similar. Adoptás el protagonismo, haciéndote cargo de tu destino y asumiendo los costos o lo dejás librado al Estado, a sus políticas de subsidios, a lo que en el reparto te toque. La diferencia esté en el rol que quieras jugar y la determinación que tengas en los objetivos que perseguís.
Entrenarte todos los días con una meta clara, con una planificación y con la decisión personal de lograr los objetivos, te ayuda a superar las instancias intermedias en búsqueda de una superior (ese desafío que te has propuesto: nadar en Manhattan, cruzar la muralla china o escalar el Lanín). En el corto plazo, este esfuerzo implica una inversión de tiempos y esfuerzos que le quitás a otras actividades que quizás te sean mas rentables emocionalmente ahora pero que no van en línea con tu meta final (este sería el costo de oportunidad).
En tu actividad económica trazas la misma estrategia. Tenés metas que alcanzar y costos que pagar. Nada que yo sepa hasta ahora, tiene costo cero. Un tal Maslow decía que a medida que cumplís las metas más elementales vas como subiendo en una pirámide adonde en la cima se encuentran las "superiores". Agregaría que estas ultimas no siempre son trascendentes pero sin dudas movilizan al capitalismo definitivamente.
Formación para competir
Al igual que en tu deporte favorito, cada día de tu economía lo edificás sobre la base del anterior, corrigiendo errores y capitalizando aciertos. Trabajando con el faro a la vista. Si así no fuera, en un mundo competitivo, estarás en problemas. La formación para la competencia económica es lo que el entrenamiento hace al deporte, marca la diferencia.
Y llega la hora de competir, a menos que el deporte solo se practique por prescripción médica o gusto. Lo habitual es que te quieras medir con vos mismo sobre tu evolución. Es una instancia recomendable porque los beneficios superan cualquier esfuerzo que hayas hecho para estar ahí. Mi amigo y entrenador Luis C. enseña esto con exquisito detalle.
Economía y deporte vuelven a encontrar un punto común. Quizás tengamos menos chances de elegir, pero las variantes de competir existen y son marcadas.
Argentina estuvo técnicamente cerrada al mundo la última década bajo un incompleto y desprolijo modelo de sustitución de importaciones. Los resultados (al igual que en el mundo entero) fueron por debajo de lo esperado. Creció el empleo público, el déficit fiscal, la obra publica corrupta y la industrialización que prometía el modelo nunca llegó. En resumen, ¿decidimos no competir y "protegernos" del mal importado? Vamos a los resultados.
El país tiene una geografía de privilegio, recursos humanos y naturales que son demandados por el mundo. Contar con esto es medio partido ganado. En el deporte sería algo así como contar con un físico privilegiado. Pero sabernos así nos juega en contra porque hace por lo menos 80 años que no logramos emprolijar las cuentas y vamos a los tumbos.
El fútbol como ejemplo
Decimos que somos los mejores del mundo en el fútbol, pero no logramos un campeonato hace mas de 30 años y el escándalo de la AFA desnuda una vez mas que la dirigencia en todos sus niveles no compite por mejorar. El fútbol es un ejemplo de como pensamos, vivimos y de qué nos jactamos. En la práctica somos campeones morales, pero en el deporte cuentan los resultados, cuando cruzaste la meta, antes no, después tampoco.
La competencia te hace mejor persona, profesional, dirigente, sociedad, país. Es una utopía demostrada que cerrarse es un buena opción. Los países que crecen, las economías que avanzan, los deportistas que triunfan no lo hacen en función de lo que creen sino de lo que logran y estos están atados a la competencia, a superar objetivos. Que te creas el mejor sin medirte, es tan absurdo como poder alimentar al mundo y el Estado te asfixie para lograrlo.
Cuando logremos entender que competir es sano, lograremos como en el deporte edificar una sociedad mas justa y un Estado eficiente.