"Se decide suspender por 6 años al arquero Matías Durán y dar por perdido el partido al Club Barraca registrándose el siguiente resultado: Correa 1-0 Barraca". Esa es la síntesis del contundente fallo del tribunal de disciplina de la Liga Cañadiense, que se expidió esta semana sobre el "caso Barraca".
Entiéndase de este modo a la pena que se le aplicó al arquero suplente del club Barraca de Armstrong, que le dio una dura golpiza a un juez de línea en el partido jugado hace tres domingos contra Club Atlético Correa, en la localidad homónima (a 58 kilómetros de Rosario).
"Es una pena dura, pero queremos que sea ejemplar: esto no debe volver a ocurrir, los jugadores tendrán que pensar dos veces antes de cometer un acto de violencia así", dijo el presidente de la liga, Luis Luque.
El dictamen completo no sólo expresa que se dio por terminado el partido con un resultado a favor de Correa y que se suspendió al jugador. Sino que confirma que se le quitarán 6 puntos al equipo de Armstrong (ni bien finalice la fase clasificatoria del torneo) y aclara que no se impondrán multas ni suspensión de cancha al club Barracas.
"No se le aplicó pena económica porque el club Barraca cubrió los gastos médicos del juez tanto como los días que faltó a su trabajo, ya que trabaja en una fábrica en Las Parejas, donde perdió presentismo y premio", remarcó el presidente de la liga.
Además, el directivo adelantó que el club de Armstrong corre serio riesgo de no clasificar ante las quita de puntos.
Y con respecto al agresor comentó que había ido a declarar a la liga, se había mostrado "muy arrepentido" y había pedido disculpas, a la vez que había asegurado que no se acordaba "nada" de lo sucedido.
La brutal paliza se vivió cuando se disputaba la segunda fecha del torneo Clausura de primera. A los 3 minutos de iniciado el partido, el número 7 de Correa, Nicolás Muzzio, convirtió el primer gol ante el pedido de los visitantes de que se cobre una mano.
El árbitro Lucas González convalidó el gol y desde el banco de Correa se escucharon insultos. Junto al juez de línea Marcelo Pereyra, el árbitro identificó al arquero suplente Matías Durán como el responsable de la agresión verbal y le sacó tarjeta roja.
El jugador sancionado reaccionó tan rápido como brutalmente. Se dirigió al juez de línea, le sacó el banderín, lo cacheteó dos veces y le pegó una patada en la cara.
El juez perdió el conocimiento e inmediatamente se lo asistió y suspendió el partido. Todo quedó filmado por TV y se viralizó en las redes sociales.
El agresor salió de la cancha escoltado por fuerzas de seguridad y fue demorado hasta el día siguiente en la comisaría 5ª de Correa.
El árbitro agredido fue llevado en ambulancia al hospital de Cañada de Gómez, a 17 kilómetros de la cancha, donde quedó hospitalizado con traumatismos varios. Al día siguiente fue dado de alta.