Central tiene turno para el sábado para salir a la cancha. A la vez no tiene por el momento bien definido cómo se presentará contra Colón. Tampoco llegará aceitadito como muchas cabezas imaginan. Menos fino desde lo futbolístico. A eso hay que sumarle que Paolo Montero deberá resolver mañana de lleno con quiénes se plantará en el Cementerio de los Elefantes, un reducto que conoce porque vivió ahí antes de mudarse a Arroyito. El entrenador auriazul deberá saber antes que nada si contará con el Ruso Rodríguez (ver aparte). A la vez probará e intentará que Mauricio Martínez haga pie junto a José Leguizamón en la zaga central. A eso hay que sumarle que analizará a Santiago Romero como volante tapón. Si el uruguayo no encaja, Gustavo Colman seguirá entre los titulares. A priori, el DT tiene más dudas que certezas. Motivos tiene. Lo que no cuenta es con el material necesario para resolverlo como es debido.
Hasta el momento, el club canalla lleva invertidos cerca de siete millones de dólares en incorporaciones. Y la suma será más elevada cuando se concrete el pase de ese defensor que tanto precisa (ver página 4) desde que se fue Javier Pinola.
En Arroyito arrancaron armando el equipo al revés. El primer jugador en sumarse fue el delantero Fernando Zampedri, cuando en realidad lo que más necesitaba cubrirse era la defensa. Más que nada porque había que suplir a un apellido que le había dado mucho al equipo: Pinola.
Nada de eso pasó, más allá de que luego se fueron dando algunos hechos tan puntuales como llamativos con las negociaciones que involucraron a Tesillo, Galván, Frerie y Forlín.
Por eso Montero viene probando con Mauricio Martínez de segundo zaguero central. Al ex Unión le cuesta adaptarse a su nuevo puesto. Y con Leguizamón además no amalgaman.
A eso hay que apuntar que la baja de Musto es otro de los grandes problemas que tiene el DT. Porque si bien llegaron Gil y Romero, lo concreto es que ambos no terminan de cerrar en cuanto a lo que pretende el entrenador. Tienen otras características, por cierto.
No obstante, el volante uruguayo será exigido mañana cuando haya fútbol junto en lugar de Colman. Montero tiene claro que sin dos centrales ni volante tapón de nivel, las chances de ser sólido quedan muy reducidas.
Por eso el entrenador intentará emparchar con lo que tiene a mano para ir a Colón y hacer un buen papel en lo que será el estreno de un campeonato que, para el canalla, no pinta nada sencillo.