Las obligaciones siempre están presentes en un derby. Las presiones se multiplican y todo se magnifica, de tal manera que sólo se habla de ganar. Sin importar otro resultado ni el cómo lograrlo. Quizás muchas veces sea demasiado, aunque en la ciudad se respira fútbol y transformó el Newell's-Central en el choque más pasional del fútbol argentino (o al menos uno de los más intensos). En esta oportunidad las necesidades son las mismas de siempre, aunque hay muchas otras cosas en juego que elevan las expectativas. Los rojinegros son unos de los candidatos al título y debe vencer para no perderle pisada al líder Boca. Y los canallas también tienen la obligación de dar el batacazo en el Coloso con el fin de bajarlo de esa lucha, vengarse de la derrota sufrida en su casa el año pasado y continuar en su escalada en la tabla.
"Los clásicos se ganan", reza la frase popular utilizada por todos cada vez que transita la previa de un duelo de estas características. Una vez más se repite con mucha fuerza en estos días cargados de ilusiones. Si bien es un encuentro más, Newell's transita por el camino de la necesidad en su afán de seguir en el camino en busca de la gloria. Quiere recuperar la sonrisa después del traspié del fin de semana con goleada incluida frente a Independiente y de lograrlo con el canalla recibiría una dosis anímica de suma valía para recorrer los últimos metros del campeonato.
La campaña a esta altura es por demás de valiosa y con muchas posibilidades de clasificar a una Copa. Otro triunfo ante su eterno rival no sólo lo conservaría en los primeros lugares si no que le pondría un moño extra a la notable campaña que viene realizando el equipo de Diego Osella.
Central también está al alcance de muchas regalías en caso de obtener los tres puntos en terreno adversario. Paolo Montero podría ingresar en los corazones auriazules y aquellas miradas dubitativas del inicio tendrían otro color, mucho más intenso. Si bien el canalla repuntó a pasos agigantados en el torneo y hasta pelea por un lugar en las copas, salir victorioso del Parque ubicaría al uruguayo en otra posición ante la gente. Lograría un crédito que hasta el momento se fue ganando a cuentagotas gracias a los puntos que fue sumando desde su arribo a la entidad e intentando hacer su camino después del paso de Eduardo Coudet, un entrenador que dejó su huella como jugador tiempo atrás y como DT meses atrás.
"Sólo se piensa en ganar, no importa cómo llegue cada uno", declaró la Fiera Rodríguez como para ratificar lo expuesto. El deber de conseguir sólo un resultado de los tres posibles en el fútbol. Sin importar la posición en la tabla, aunque en el presente la responsabilidad asoma como doble por el objetivo trazado de dar pelea hasta el final para alcanzar una nueva vuelta olímpica.
"Cómo no te va a marcar este tipo de partidos. Un clásico puede decidir tu futuro", razonó Montero en diálogo con Ovación (ver páginas 4 y 5). Como para graficar todo lo que muchas veces se pone en juego en apenas noventa minutos, algo demasiado extremo más allá de que esté aceptado como "normal".
Newell's está mejor posicionado, llega mejor desde ese aspecto y para conservar la chapa de candidato está obligado a ganar, más allá de que el juego en general no fue del todo vistoso. Central escaló posiciones a gran escala en este ciclo de Montero y está al alcance de ingresar a una competencia internacional. También se encuentra con la responsabilidad de vencer para no relegar lugares y quedar golpeado.
Newell's tiene la obligación de vencer por todo lo que significa un clásico. Central está ante la misma responsabilidad. Obligación es la palabra pesada que siempre queda en lo más alto como si fuera el fin de la vida. O del fútbol, más allá de que por supuesto no debería ser así.