En el 2016 Argentina vivió un año soñado en cuanto a resultados deportivos. Fue la temporada de las tres medallas de oro olímpicas y una de plata, de la obtención del Mundial de futsal y de la bendita Copa Davis, además de la instalación definitiva del rugby en la elite de la elite, con Los Pumas y la franquicia Jaguares. Pero sobretodo fue una grata noticia la actuación de la delegación nacional (récord) en los Juegos de Río de Janeiro. La muestra fehaciente de que con apoyo, los atletas pueden conseguir mejores resultados. En el alto rendimiento (el ojo especialmente en aquellos que son amateurs) es vital poder poner sólo la cabeza (y el cuerpo) en la preparación. Y los que lo hicieron, rindieron frutos. Fueron, en realidad, el resultado de los últimos años en los que se aplicó eso que muchos fácilmente catalogan como "política deportiva", aunque la política deportiva implique mucho más que una beca. El gran desafío, para éste y para los años venideros será sostener el crecimiento, no recortalo, como se especuló. Y no volver a foja cero.