Newell's y Central tuvieron algo en común en la extensa pretemporada que culmina esta semana previa al inicio de la Superliga, donde los canallas visitarán el sábado a Colón y los leprosos recibirán el lunes a Unión. El punto de coincidencia estuvo en la concentración absoluta de los entrenadores Juan Manuel Llop y Paolo Montero para focalizarse exclusivamente en el área que les corresponde, que es en la preparación táctica y estratégica de sus respectivos equipos. Ni el Chocho ni el ex jugador de la Juventus se corrieron un centímetro de su rol y jamás se metieron en las áreas que debe resolver la dirigencia. Además tampoco se quejaron de los contratiempos que debió afrontar cada institución en este mercado de pases.
Por el lado de Central, Paolo Montero ni bien terminó el torneo pasado solicitó los refuerzos que necesitaba a los dirigentes y luego se metió de lleno en el trabajo con su tropa en Arroyo Seco. El DT se bancó sin chistar toda la novela que hubo con la dilatada llegada del zaguero central que tenía que suplantar la salida de Javier Pinola. Y nunca hizo un tiro por elevación a la dirigencia en las conferencias de prensa por la demora ni puso excusas tras los partidos amistosos, en el que los resultados no fueron totalmente satisfactorios.
Paolo siempre priorizó focalizarse en lo que tenía a mano en vez de lamentarse por los jugadores que estuvieron cerca de llegar y al final no lo hicieron. Claro que con el arribo inminente de Fernando Tobio la cuestión del zaguero quedaría saldada, más allá de que el último pasajero estampe la firma sobre el inicio mismo de la competencia (igual hay que esperar a que formalice su vínculo).
En tanto, en la vereda de enfrente Llop asumió una posición similar a la del DT uruguayo. Es que el Chocho apuntó todos los cañones al trabajo puertas adentro de Bella Vista y no se enroscó en la cuestión de la deuda de la dirigencia con el plantel. También aceptó los refuerzos que pudo traer la comisión producto de las flacas arcas de la tesorería. Y jamás puso una excusa ni se quejó por un refuerzo que pidió y no llegó.
La realidad es que Llop manifestó la necesitad de regularizar la situación económica con los jugadores, pero puso el foco en la pelota desde un primer momento y eso se los dejó bien claro a los jugadores. No quiso que nada altere la puesta a punto, más allá de reconocer la legitimidad de la deuda.
Así transitaron la pretemporada los técnicos de los equipos rosarinos, abocados de lleno a la pelota, con perfil bajo a la hora de declarar y siempre aceptando el desafío de ser protagonistas, pero sin prometer desde Arroyo Seco ni desde Bella Vista logros que en el fútbol es imposible garantizar.
La realidad de cómo están los equipos se verá a partir de la primera fecha, cuando comience a escribirse la historia oficial del campeonato. Tanto Paolo como Llop arrancan un ciclo prácticamente renovado por el recambio que hubo en ambos planteles. El correr del certamen dirá para qué están sus equipos y si la gran ilusión que siempre tienen los hinchas ante un nuevo campeonato puede levantar vuelo.