Los principales diarios de Chicago tuvieron toda la razón del mundo. La sabían posta o la veían venir. Por eso fue premonitorio lo que hicieron el jueves de poner en la tapa a Lionel Messi y estacionarlo a la misma altura de esa leyenda basquebolística que es para ellos Michael Jordan. Y en las ediciones de ayer no les quedó otra que seguir maravillados con el fútbol del rosarino. Por ejemplo, el periódico Chicago Tribune, el mismo que había titulado que "Messi hace en el fútbol lo mismo que hizo Jordan en el básquet", lo ubicó de nuevo al Diez en la portada tras la tremenda demostración de efectividad goleadora que ofreció contra Panamá.
Es que esta vez nadie les había contado de lo que era capaz de provocar Messi en apenas media hora de juego. Ahora sí los principales medios periodísticos de la ciudad del viento (así le llaman) pudieron comprobarlo en vivo y en directo desde el sector de prensa del estadio Soldier Field. Luego, en la zona mixta, el crack rosarino le ponía sensaciones a lo que fue esta primera carta de presentación personal en la Copa América Centenario, el torneo que vino a buscar con la selección argentina.
"Me moría de ganas por volver a estar adentro de la cancha junto a mis compañeros y poder ayudarlos. Estoy muy contento por cómo se dio la vuelta y además por el resultado que logramos. Veo que el equipo está creciendo con el correr de los partidos y contra Panamá, en algún pasaje del primer tiempo, se nos complicó. Pero por suerte pudimos sacarlo adelante y ya estamos clasificados a cuartos, que era el primer objetivo que nos propusimos cuando vinimos a la copa", explicó Leo en el primer contacto formal que mantuvo con la prensa mundial desde que pisó tierra estadounidense.
Le podrá faltar carisma a Leo. Quizás porque no fanfarronea ni grita ni levanta demasiado la voz. Pero si algo le sobra es carácter. Sólo él tuvo la fórmula para salir al rescate de un partido sin sustancia colectiva de Argentina y la aplicó con la voracidad goleadora de siempre para hacer viajar al equipo hasta cuartos de final. Metió otra tripleta para su colección. Vaya a saber por cuántos va. En un puñado de minutos se encargó de volver a encender la ilusión de todo un país que ya no aguantaba más, tanto como él, no verlo adentro de la cancha.
—Se te notaron las ganas tremendas que tenías de jugar en la media hora que entraste contra Panamá.
—Sí, la verdad es que tenía unas ganas tremendas de jugar. Yo siempre quiero estar dentro de una cancha, me siento bien ahí. Estuve mucho tiempo parado, sin poder moverme bastante por el dolor en la espalda, y la verdad es que no veía la hora de estar con mis compañeros adentro.
—¿Estabas muy ansioso por volver a jugar?
—Sí, no aguantaba más. Se me hizo muy difícil ver el partido desde el banco contra Chile. Por suerte los chicos jugaron muy bien ante un gran rival. En el primer tiempo contra Panamá también estaba inquieto, con ganas de entrar lo antes posible. No se me pasaban nunca los minutos desde el banco.
—Además estar en el banco no es una situación habitual para vos.
—Sí, pero vengo de una lesión y está bien ir de a poco. Estaba ansioso, pero sabía que tenía que esperar el momento para entrar.
—Cada vez te pasan cosas más raras con la gente en los estadios. Por ejemplo, al final del partido contra Panamá entró un hincha con la camiseta de Barcelona para que se la firmaras y hasta tuviste que levantarle el fibrón y lo ayudaste para que la policía no lo sacara de mala manera.
—Es que cada día que pasa me sorprende muchísimo lo de la gente. Es un cariño tremendo el que me brinda. Por eso nunca dejo de agradecerlo. Desde que estamos en Estados Unidos no sólo a mí me trató de manera espectacular, también a la selección argentina. Todo eso no tiene precio. Por eso también nos gustaría lograr el título.
—¿Te sorprendió también que la gente de Chicago, una ciudad en la que el fútbol no es popular, generara tanto revuelo con tu presencia y hasta en los diarios te compararon con la figura de Michael Jordan?
—Siempre digo que no dejo de sorprenderme de la reacción que tiene la gente conmigo y también la prensa de Estados Unidos, que se portó muy bien conmigo desde que estoy acá. Sólo tengo palabras de agradecimiento y espero poder devolverle desde adentro de la cancha todo el cariño que ellos me brindan.
—¿Te molestaron las críticas de Diego Maradona cuando dijo que no eras un líder en la selección?
—No, porque yo siempre escucho lo que dice Maradona y tomo todos sus consejos para seguir mejorando.
—¿Cómo pasaste este período sin jugar, desde que te lesionaste en el amistoso contra Honduras hasta el partido contra Panamá?
—Se me hizo todo eterno. Fue una recuperación muy larga porque estuve muchos días sin poder moverme y estar con mis compañeros. Ni siquiera podía entrenar y eso para un jugador es terrible. Además tuve que empezar de a poquito, recién hace dos días pude empezar a moverme a la par del grupo en las prácticas. De a poco voy recuperándome, pero tampoco quiero apurarme.
—¿Pero ya estás totalmente recuperado de la lesión?
—No, no, todavía me falta lograr mi mejor forma física y futbolística. No tengo dolor y terminé bien. Recién jugué treinta minutos contra Panamá y no es fácil agarrar la forma física en tan poco tiempo. Sobre todo cuando jugás a este nivel de selección y en un torneo tan importante como la Copa América.
—Pero ante Panamá no se notó que hayas perdido ritmo futbolístico. El equipo no venía jugando bien y entraste vos y convertirte tres goles.
—Está bien, pero a mí todavía me falta para llegar a mi verdadero nivel físico. Yo me conozco. Además, como dije antes, fueron muchos días en los que no puede ni tocar la pelota y ese ritmo recién lo voy a ir agarrando con los partidos. Por suerte, en mi debut con la selección en esta copa todo salió bien, ganamos y el equipo ya dio un paso importante para estar en cuartos de final. Ese era el primer objetivo que nos propusimos cuando llegamos a Estados Unidos.
—Con los tres goles que anotaste contra Panamá tenés 53 y te pusiste a uno solo de Batistuta, que es el máximo goleador de la historia de la selección argentina. ¿Qué valor le das a esa marca en lo personal?
—Para mí es un orgullo y un verdadero placer estar tan cerquita de un goleador tremendo como Bati. Fue un jugador histórico de la selección. Pero para mí lo realmente importante es que la selección ganó los dos partidos, sigue en crecimiento y ojalá nos quedemos con esta Copa América.
—¿Creés que se le abrió un poco el camino a la selección en la copa, ya que quedó eliminado Uruguay y en cuartos podrían enfrentar a Venezuela?
—El equipo demostró ante Chile que está bien y que quiere ganar el título. Pero no es fácil porque siempre hay sorpresas como fue la eliminación de Uruguay. Por eso digo que venga quién venga será muy complicado. Si a Uruguay le tocó quedar afuera es porque Venezuela fue mejor. No tengo dudas de que todos los rivales nos darán pelea y serán muy difíciles. Además, todos le quieren ganar a Argentina.
—¿Pudiste hablar con Di María en el vestuario para saber bien qué lesión tuvo?
—No, pero es una lástima lo de Angel. Todavía no hablé bien con él para saber qué sintió y si puede seguir ayudándonos a nosotros desde adentro de la cancha. Es un jugador muy importante. Seguramente voy a hablar con él para ver cómo se siente.
—¿Estás para jugar de entrada contra Bolivia o preferís ir de poco?
—Todavía no lo sé. Quedan varios días para jugar contra Bolivia y además está el viaje a Seattle en el medio. Yo siempre quiero jugar y ahora me quedan varios entrenamientos por delante. Me voy sintiendo cada vez mejor, pero eso lo decidirá el técnico.
—¿Tenés pensado dejarte la barba durante toda la topa?
—Si me la llego a sacar ahora, me matan (risas).