Newell's ya está desandando la pretemporada en Mar del Plata. Ayer por la mañana el plantel cumplió con el primer entrenamiento en La Feliz y así arrancaron las dos semanas intensas de trabajo que están programadas en la costa atlántica. En la sesión matutina hubo ejercicios físicos y también rodó la pelota. Justamente Diego Osella le dará mucha preponderancia al balón durante la etapa preparatoria. Por eso en uno de los ejercicios el DT armó dos formaciones de once jugadores y además dispuso de un futbolista comodín que con una pechera distinta (color celeste) jugó para los dos equipos. Este jugador número doce fue nada menos que Maxi Rodríguez, el emblema y capitán leproso que por recibir pases de parte de los dos bandos estuvo en contacto permanente con la pelota y demostró su categoría en cada asistencia. Así la bocha siempre pasó por los pies prolijos de la Fiera. Algo que Osella pretende para el ataque leproso.
El entrenamiento de ayer se desarrolló en lo que será la base de operaciones leprosas en Mar del Plata. Se trata del predio perteneciente a la Asociación de Empleados de Casino (Apand), que trabaja con la niñez, en la zona norte de la ciudad balnearia. Allí bien temprano comenzó la rutina física. Luego Osella ordenó un ejercicio de fútbol en espacios reducidos y allí dispuso dos equipos de once futbolistas y además un jugador comodín.
El equipo de pechera verde alistó a Sebastián D'Angelo; Braian Rivero, Fabricio Formiliano, Néstor Moiraghi y Germán Voboril; Héctor Fértoli, Juan Ignacio Sills, Sebastián Prediger y Jacobo Mansilla; Ignacio Scocco, implacable en la red, y Víctor Figueroa.
Mientras que con remera roja estuvieron: Ezequiel Unsain (luego entró Luciano Pocrnjic); Franco Escobar, Sebastián Domínguez, Gabriel Báez y Nehuén Paz; Joel Amoroso, Jalil Elías, Facundo Quignon y Eugenio Isnaldo; el juvenil Matías Tissera y Mauro Formica.
Lo dicho, ambos equipos tenían el mismo jugador comodín para utilizar a la hora de crear juego y este fue Maximiliano Rodríguez, de gran participación en la sesión matutina porque recibía pases prácticamente de los 22 compañeros.
Está claro que la Fiera tiene una sensibilidad especial a la hora de relacionarse con la pelota, algo que ratificó en el entrenamiento con varias asistencias magistrales. Se valora el hecho de ver en acción a Maxi en una práctica porque en Rosario la mayoría de los entrenamientos son a puertas cerradas y por ello observarlo desplegar su talento sin la urgencia lógica de los partidos es un verdadero deleite. Su clase de jugador de élite está intacta.
En el ejercicio, Osella pedía que el equipo que atacaba sea ancho y terminara con centros desde los costados. Mientras que en el momento de defender reclamaba presión constante en todas las líneas. Se jugó prácticamente a uno o dos toques y siempre con rapidez para llegar al arco contrario, algo que el DT pretende de Newell's para cuando se reanude la actividad oficial.
En cuanto a la Fiera, luce recuperado del traumatismo intercostal que padeció en el final del semestre pasado cuando tras el gol que anotó en la goleada 6 a 1 ante San Martín de San Juan tuvo una desafortunada caída en el festejo con Joel Amoroso y debió dejar la cancha. Ayer entrenó a la par de sus compañeros sin inconvenientes, aunque está claro que por lo general el dolor tarda en desaparecer completamente.
No hay ninguna duda de que la clase de Maxi es vital para las aspiraciones leprosas de seguir encaramado arriba en el torneo. Y Osella en el ensayo de ayer dejó bien claro que la Fiera es su jugador comodín "que vale doble".