Jugás al fútbol, tenés la idea de cómo llegar a la pelota y dar el pase pero no podés moverte para hacerlo. No te resignás y lo hacés: desde una silla de ruedas, con una pelota número diez, con un joystick, entre cuatro jugadores contra cuatro y en dos tiempos de 20 minutos. Así es la vida futbolística de los jugadores de Powerchair Football de Rosario Central, el primer equipo en su tipo de la provincia. Se llaman Máquinas Guerreras y tienen patología motrices severas: atrofia muscular espinal y distrofia, pero juegan sorteando dificultades con las que quizá no podrían lidiar los número uno del fútbol de todo el mundo.
Cuatro de estas Máquinas integran el seleccionado nacional que competirá entre el 5 y el 9 de julio en el Mundial que se jugará en Kissimmee, Florida, (Estados Unidos). El problema es que uno de ellos no tiene silla propia (cuesta 10 mil dólares) y necesita que lo ayuden a juntar fondos.
Alguna vez, Diego Maradona dijo que le "cortaron la piernas" y la frase fue sinónimo de severa dificultad para seguir jugando a la pelota. Bueno, que no queden dudas, acá no se trata de Maradona, pero es prácticamente lo mismo.
"Para el Mundial este jugador se la arregla porque la asociación de Powerchair de Buenos Aires por ahora le sigue prestando la silla que usa, pero para la Copa Libertadores que se jugará en noviembre necesitará una propia", dijo Carolina Soriano, madre de uno de los jóvenes seleccionados.
La mujer se refirió así al torneo que se jugará el 17, 18 y 19 de noviembre en Río de Janeiro. Por haber sido uno de los dos equipos que clasificaron en el último nacional en Córdoba, las Máquinas jugarán por Rosario y también lo harán Los Tigres de Pacheco (Buenos Aires). Ambos se enfrentarán a Uruguay y Brasil.
En función de conseguir esa silla que le falta al jugador auriazul para jugar la Libertadores, las Máquinas "salieron a la cancha". Comenzaron a hacer conocer la dificultad del compañero de equipo y a promocionar las dos competencias internacionales que tiene todo el equipo por delante.
Tanto el A como el B de Máquinas Guerreras, dirigidos por Cristian Buschiazzo, visitaron el viernes pasado al plantel de primera división de Rosario Central durante el entrenamiento en Arroyo Seco.
Les contaron sus experiencias a los dirigidos por Paolo Montero, les trasladaron el problema del compañero, intercambiaron fotos, se rajeron camisetas autografiadas, alguno "ligó" los guantes de Diego "Ruso" Rodríguez y otro el buzo de Teo Gutiérrez.
"Son experiencias únicas para nosotros. Estos chicos son un ejemplo de superación", dijo el arquero tras la visita.
Mientras el también arquero, pero de las Máquinas, Valentín Olmedo expresó: "Esta es una emoción muy grande, siempre los vemos desde afuera de la cancha al Ruso o a Ruben, hoy verlos acá es extraordinario". En tanto, su compañero Bruno Silva dijo que tenía "serías esperanzas de ganar la Libertadores".
Los cuatro jugadores de Máquinas Guerrerras que vestirán la casaca albiceleste bajo la dirección de Esteban Vilariño son Santino Ombrella, central de 19 años; Olmedo, arquero, de 17 años; Agustín Orge, delantero de 24 años, y Emiliano López Cicero, también delantero y de 19 años.
El combinado enfrentará a Estados Unidos, quien pretenderá mantener la corona, y también a Alemania, Japón, Inglaterra, Irlanda. Francia, Canadá, Australia y Uruguay.