Antes que nada una aclaración. Por si el ejército de militantes que integra la termolandia rojinegra quiere entender otra cosa. O busca interpretar estas líneas como se le plazca sin visualizar el sentido de lo que se intenta transmitir. La verdad es que la mejor decisión que puede tomar Maximiliano Rodríguez a esta altura de su carrera es irse de Newell's. Para qué seguir. No tiene mucho sentido alargar la despedida del club que realmente ama. Es cierto que cuando volvió de Europa lo hizo con el genuino ánimo de que Newell's sea su última camiseta. Pero también es verdad que llegó a la finalización de su vínculo muy desgastado y sin las fuerzas de años atrás. Es que Maxi no sólo no es cronológicamente el mismo jugador que cuando regresó para retirarse en Newell's. El paso del tiempo es inexorable. Tampoco la relación con la actual dirigencia rojinegra, que encabeza Eduardo Bermúdez, invita a creer que en sus próximos días en el club podrá caminar por una alfombra roja como lo hizo el viernes a la noche con su esposa en el casamiento de Lionel Messi.