Central buscó, obligado, el cambio e intentará mostrarlo en la continuidad del torneo. Paolo Montero tendrá que relanzar a un equipo canalla que quedó golpeado por no haber alcanzado el objetivo copero con Eduardo Coudet. El DT tuvo que resetear la máquina, sobre todo en un certamen comenzado que tiene al equipo deambulando en los últimos lugares. Sin demasiadas posibilidades de alcanzar objetivos, por eso el técnico que llegó sin antecedentes en el mundo canalla tendrá que nadar en dulce de leche para meterse en un pueblo auriazul exigente y que hace tiempo necesita un logro importante. Montero está ahí, en un escenario que lo puede transformar en una especie de ídolo/salvador o conducirlo a ser uno más que llegó a la entidad. El problema del uruguayo _ajeno al club_ es que cargará con la sombra del Chacho, un tipo que ingresó en el corazón del hincha en la época de jugador y también sentado en el banco. El broche de oro hubiese sido un título, que se le escapó de las manos, y por eso se marchó. Dejó un vacío difícil de cubrir y el elegido fue Paolo para intentar dejar una marca. Una empresa muy complicada en un equipo que perdió muchos jugadores de jerarquía y no llegaron del mismo nivel. La misión será darle una impronta a un conjunto que sueña con manotear un lugar en una copa, aunque con la premisa fundamental de conseguir la revancha en el Coloso.