Rosario quedará grabado a fuego en la historia grande del vóley. El Mundial Sub 18 de damas dejó su marca y por cierto de excelente manera. La jornada que coronó de nuevo a Italia como campeona en una gran final ante República Dominicana fue de un brillo extraordinario para el deporte en general, con un estadio cubierto de Newell's colmado, una organización impecable y un público que se fue renovando desde que se inició la competencia de cierre allá después del mediodía, cuando Argentina coronó con un brillante 7º puesto su mejor ubicación histórica tras la victoria ante Estados Unidos.
El día perfecto, un clima que acompañó y la presencia de Las Panteritas como gran gancho, tras una brillante primera fase en Santa Fe donde sorprendió a propios y extraños y ganó todo, fueron el marco para un broche ideal. La gran medida del ingreso gratuito completó el combo para que las tribunas del remozado estadio del parque Independencia se vieran siempre repletas, sobre todo cuando Argentina se quedó con el último juego, en el primer triunfo de la fase final por 3 a 1 (25-17, 25-19, 19-25 y 30-28), tras un cuarto set para alquilar balcones.
Entonces, a esa primera hora, la goleadora Sofía Meinardi (18 tantos) acaparó los mayores elogios del equipo de Estanislao Vachino, que recibió el merecido tributo del público, en su mayoría femenino, que se embanderó de celeste y blanco para la ocasión. Y el festejo de las chicas fue acorde, inmenso, luego de entrar en la historia al lograr la mejor ubicación en un Mundial femenino de esta categoría desde que es disputado por 20 equipos, ya que en 1991 también Argentina obtuvo una séptima ubicación, pero jugaban 12 combinados. Pero sobre todo porque dieron un salto de crecimiento importantísimo. No eran candidatas y llegaron muy lejos. Sólo cayeron ante República Dominicana y Japón (3-0), pero antes habían vencido a Brasil (3-1), Cuba (3-2), Corea (3-0), Eslovenia (3-1) y Alemania (3-1). Sólo aplausos para ellas, como el que bajó de las gradas. Aplauso cerrado, festejo de las jugadoras con sus familiares, foto con todos los integrantes del cuerpo técnico y baile en el mismísimo rectángulo de juego. Todo eso se vivió en un mediodía rosarino inolvidable.
Las Panteritas fueron un gran puntal para la gran convocatoria que despertó el campeonato que se definió en Rosario, pero también las ganas de ver a lo mejor del mundo en el Sub 18, que empiezan a abastecer a los mejores equipos del mundo. Y ese público que tuvo un gran apetito por disfrutar el espectáculo también hizo suya la figura del Mundial. Sin dudas la que se llevó la mayor admiración fue la turca Ebrar Karakurt, que tuvo hasta carteles pintados en su honor en los tres días de competencia. Y cuando recibió la distinción en mitad de cancha, tras el 4º puesto conseguido por Turquía, volvió a recibir una increíble ovación.
No fue la única, claro. La dominicana Guillén Paredes fue muy aplaudida también y la italiana Nikemdilim Enweonwu, elegida la mejor del certamen. El público apoyó en la final a las campeonas italianas, que festejaron alborozadas en el rectángulo de juego, pero también las chicas centroamericanas, que bailaron y disfrutaron igual pese a quedarse a las puertas del título. Así se vivió el Mundial, que dejó sonrisas para todo el mundo, como las del gobernador Miguel Lifschitz y el ministro de la Producción provincial, Luis Contigiani, que no se perdieron detalles de la definición desde el palco.
Fueron 10 días llenos de emociones y se vio un vóley de élite. En lo organizativo se cumplió con cada detalle y se volvió a ver un estadio colmado como hacía más de 10 años no ocurría. Así, Rosario cerró dos semanas a puro deporte y la ciudad despidió al mejor vóley con una sonrisa de oreja a oreja por haber estado a la altura de un gran evento internacional. Una fiesta de principio a fin.