Las manos de Luciano Pocrnjic tapándose el rostro mientras se encaminaba hacia el vestuario era la muestra elocuente de la amargura que invadió a todo Newell's, jugadores y público que se llegaron hasta el estadio de Unión. La
Copa Argentina es un karma. Quedó afuera en los 16vos de final en la última pelota, pese a que se aproximó más al triunfo que Godoy Cruz. Nada es capaz de ocultar tal sensación de impotencia. Con el correr de las horas quedará por analizar ciertas señales positivas que dio el equipo, contrapuestas a la pobre producción del debut en la Superliga. Aunque también hubo de las otras, que se repitieron.
La Copa Argentina es una competencia incómoda para Newell's. A este antecedente negativo se le agregó para el partido de anoche que la primera presentación oficial del conjunto de
Juan Manuel Llop abrió varios interrogantes. Con tales dudas a cuestas, salió a jugar. Y desde el inicio expuso otra actitud. Mucho tuvo que ver en esto la aparición como titulares de
Brian Sarmiento, Nery Leyes y Joaquín Torres. Con los tres ganó en juego, llegadas y claridad.
Cuando se juntaron, y entraron en sintonía San Román, Guevgeozian y Fértoli, Newell's combinó precisión y velocidad. Fue de a ratos, y con progresiones a las que le faltó final, pero que significaron un paso adelante de lo que se observó ante Unión.
Sarmiento arrancó a puro vértigo y control para irse apagando con el transcurso del partido. Newell's lo sintió. En sus mejores momentos fue el eje de los avances. Torres tuvo un rendimiento parecido. Encaró y desbordó por una u otra punta, en las que fue rotando con Fértoli, para bajar su nivel de a poco.
En ese sentido, Leyes fue el más parejo, aunque hace rato que no jugaba. La impresión es que hasta tuvo mayor peso a medida que pasaban los minutos. Siempre claro, siempre el pase justo, intentando acompañar a los mediocampistas ofensivos.
Pero Newell's tiene sus limitaciones y la impresión es que debe sacar el mayor rédito posible de cada chance que se le presenta. Llegó en mayor cantidad que el Tomba y se fue con las manos vacías. Se explica desde varias cuestiones a considerar. Lo mejor de Newell's, de a ratos, se diluyó por completo en el segundo tiempo. No sólo que no lo sostuvo sino que bajó su rendimiento. Aparte dejó huecos ante los contragolpes de su rival, algo que debe enmendar. Como que hubo fallas colectivas en los goles de Godoy Cruz.
Para completar los detalles que provocaron esta eliminación, no supo de qué manera quebrar a un adversario que se quedó con uno menos por más de 20'. Ni lo metió contra su arco ni ejerció un dominio absoluto. La conquista fatal que lo privó de al menos llegar a la definición por penales fue otra prueba de que Newell's se complica sólo.
En medio de la frustración, de otra Copa Argentina que se fue, se rescata que Newell's es capaz de dar otra clase de respuesta a la que expuso en el inicio de la Superliga. Tiene que tomarlo de experiencia, saber dónde está parado, cuáles son sus limitaciones y virtudes. Desde ese análisis, queda por delante crecer. La copa ya es pasado.