"Usted no está hablando con el presidente de Boca, lo está haciendo con el presidente de la Nación", palabras más, palabras menos, fue la frase que Mauricio Macri le dijo tiempo atrás a Gianni Infantino, el titular de la Fifa, cuando telefónicamente le planteaba la necesidad de resolver la crítica situación de la AFA. Charla que derivó luego en la conformación de la Comisión Regularizadora, la misma que hoy está también al borde del colapso. Según fuentes del gobierno nacional, el presidente estaba tan indignado por el despilfarro del dinero público en el fútbol que hasta estaba dispuesto hasta intervenir a la AFA, sin importar consecuencias. Como también es sabida la postura de Macri con respecto a la transformación que deben atravesar los clubes, ya que según su pensamiento deben convertirse en sociedades deportivas. Claro que los directivos actuales están haciendo poco para defender el formato de sociedades civiles sin fines de lucro, porque incluso hasta con Armando Pérez la situación no varió demasiado. Por todo esto no es casualidad que el gobierno ayer avanzó para ejercer presión a través de la Afip (ver página 6) con las denuncias penales a directivos de clubes y a la AFA por deudas impositivas.