Daniel Giraudo habla de "terminar con la corrupción institucional", cuestión básica para llevar adelante cualquier iniciativa en el club del Parque. "Newell's no tolera más que la gente viva del club", plantea el candidato de Generación Orgullo Leproso (GOL), la coalición conformada por la Agrupación ADN Leproso y el Movimiento Faustino González. Para esta entrevista, interrumpió la escritura de una novela, su gran afición ("me libera interiormente"), y habló de los objetivos futbolísticos que se propone de la mano de Claudio Vivas, el entrenador del equipo si Giraudo gana las elecciones de mañana. Habló de conformar "un equipo combativo, aguerrido", aparte de mejorar el trabajo en las divisiones inferiores para que eso les permita "consolidar jugadores en primera".
—¿Por qué decidió presentarse?
—Por el compromiso que asumí hace un año y medio. No me había portado bien con el club. Debería haber participado antes, por lo menos haber confrontado. No lo hice porque no me di cuenta de algunos errores de la comisión directiva, tal vez porque no estaba lo suficientemente atento. Cuando un día la realidad me confrontó a mí y no yo a la realidad, tuve que tomar una decisión. Y elegí participar fuertemente. Desde lo personal, ya me siento ganador y estoy absolutamente cumplido. Logramos transmitirle al socio las cosas que estaban pasando en el club. Ahora con las dos agrupaciones, ADN Leproso y Faustino González, siento que le estamos dando al socio una opción clara. Ojalá que nos vaya bien, ante todo por los jóvenes. Igual, estoy conforme, porque encaré esta campaña como lo hago con mi vida, de manera austera. Todo lo que se hizo ya se pagó. Si gano las elecciones, seré un presidente distinto. Y si pierdo, volveré a mi casa, siendo el mismo tipo que paga todas sus cuentas.
—¿Cuál es el principal desafío si le toca asumir?
—Cortar el hilo conductor que une los últimos 25 años del club, que están unidos por los hechos de corrupción. Entre todos logramos superar en su momento la violencia institucional, y ahora el desafío es terminar con la corrupción institucional. Hay que lograr un real cambio ético y moral. Newell's no tolera más que la gente viva del club. La corrupción arranca con tres o cuatro, los demás se enteran lo que hacés y terminan cayendo también en eso. Como los de arriba no pueden confrontar a nadie por ser corruptos, no hay límites. Se trata de una corrupción estructural. Si logramos ese cambio, vamos a poder desarrollar cualquier proyecto, de lo contrario nada será viable.
—¿Qué propone para el fútbol profesional?
—Pensamos gobernar el club y fijar las pautas de funcionamiento, pero bajo ningún aspecto conduciremos el fútbol. Para eso están los profesionales, los que saben. En nuestro caso, será el técnico Claudio Vivas con su equipo de trabajo. El objetivo en el torneo que viene es dejar al club entre los diez mejores promedios, lo que sería una campaña interesante y quizás permitiría jugar un torneo internacional. Pero si no se da ahí, intentaremos clasificar a una competencia internacional en una segunda etapa.
—¿Cómo se trabajará con las divisiones inferiores?
Con Claudio (Vivas) haremos un análisis del trabajo en las divisiones inferiores, que nosotros no consideramos que haya sido malo, pero sí que hubo errores que no permitieron consolidar jugadores en primera. Hoy tenemos futbolistas formados que no están en el plantel de primera, o que fueron entrando y saliendo. La idea es designar un responsable, que sea acorde al entrenador de primera y que nos sugiera Claudio. Es indispensable modernizarse y que el futbolista llegue mejor preparado a la primera, mejor alimentado. Nosotros no festejamos títulos en las inferiores. El mejor resultado es la cantidad de jugadores que el club tiene establecidos en la primera división. La realidad es que hoy no hay un solo futbolista para vender. Habrá que hacer cambios, lo que tampoco será inmediato porque las necesidades de Newell's están en la primera. Lo que tenemos decidido con Claudio es que en Malvinas continúe como coordinador Ariel Cozzoni.
—¿Por qué se inclinaron por Claudio Vivas?
En los últimos 40 partidos, salvo algunas excepciones con Diego Osella, cualquier equipo que andaba mal quería jugar con Newell's porque sabía que se iba a levantar. Y no queremos más eso. Queremos tener un equipo tremendamente combativo, que deje todo, que Central sepa que cuando se juega el clásico los que están del otro lado se van a jugar la vida. Todo eso lo podemos tener con Claudio. Y la otra cosa que valoramos de él es que promociona jugadores y los instala en primera. Alcanza con ver lo que hizo en Banfield, y la cantidad de jugadores que llevó a la primera de Estudiantes. Creemos que Claudio nos dará por un lado un equipo competitivo y aguerrido. Y por el otro, instalará jugadores de abajo, que se podrán vender en el futuro.
—¿Vivas les dijo la cantidad de refuerzos que se necesitan?
—Pretende un mínimo de seis jugadores. Nos quedamos sin dos defensores centrales, porque se fueron Cáceres y Coty (Leandro Fernández). También se alejaron Insúa y Villalba, Advíncula se puede ir si los números no cierran y la situación de algún otro no está definida. Es en esos lugares es donde Claudio está pensando a quién traer.
—Menciona una situación indefinida y está el caso de Ignacio Scocco, que abrió el interrogante sobre su futuro, al igual que Maximiliano Rodríguez. ¿La intención es seducirlos para que se queden en el club?
—Nosotros nos manejamos con pautas y eso se lo dejé en claro a Claudio. No pienso sólo en Nacho y Maxi, sino también en Mateo. Me interesan los tres, pero las situaciones son distintas. Mateo seguro es el jugador en actividad más querible por los hinchas a partir de su entrega. Está en el límite de su carrera y tanto Claudio como nosotros queremos que se quede un tiempo más. Va a depender de él. Lo de Maxi solamente requiere de un acuerdo de partes. Maxi es propietario de su pase. Queremos que se quede, así que si él quiere lo mismo, es bastante sencillo que nos podamos poner de acuerdo. Lo de Nacho es completamente distinto. El técnico lo quiere y nosotros lo consideramos como el ídolo que es. Por su pase se le debe a Sunderland una cifra próxima a los 2 millones y medio de dólares. Es todo un tema esa cifra en moneda extranjera, en un país en el que no sabés cuánto vale el dólar al otro día. Tenemos que ver la viabilidad de eso. En el último balance, la deuda de Nacho estaba en 21 millones de pesos. Hoy con una cuota menos por pagar, ronda los 34 millones. Es una situación totalmente distinta a la de los otros dos, y la resolveremos el día que nos sentemos en una misa mesa con los representantes de Nacho y con el juez de la causa (del fideicomiso), Fabián Bellizia, para conocer cuáles fueron los parámetros y los reaseguros de esta operación.
—¿El club tiene recursos genuinos para traer jugadores?
—Nuestro presupuesto es muy alto para los resultados que obtuvimos. Gastamos como el séptimo o octavo club del país y terminamos a 22 puntos de Lanús. De la redistribución del presupuesto va a salir el dinero para la mayoría de los refuerzos. Es muy probable también que tengamos que hacer un esfuerzo poniendo algo de dinero. Hablaremos con el juez para establecer en conjunto un presupuesto, que se ve que últimamente no estaba establecido, sino no existirían estas terribles deudas. Traeremos lo mejor dentro de lo que podamos.