La chatura que ofreció el partido fue el legado del que ni Atlético de Rafaela ni Central supieron despojarse. Para la Crema sonó algo más lógico, es un equipo acostumbrado a este tipo de partidos. Para el Canalla fue distinto, en los noventa y pico de minutos de juego demostró una incapacidad manifiesta para romper con la fricción, el amontonamiento de jugadores, la escasez de espacios y todos aquellos ingredientes que forman parte de un campo de juego con dimensiones reducidas. Por eso el 0 a 0 fue tan justo como anodino. Tan claro como inobjetable. Tan pobre como aburrido.
Es relativamente sencillo explicar por qué Central no pudo llevarse lo que vino a buscar: porque las cosas no le salieron ni por asomo como las había imaginado. Un remate de Giovani Lo Celso en el amanecer del partido y un mano a mano de Ruben en el complemento fueron las dos situaciones claras que dispuso el conjunto auriazul. Demasiado poco para un equipo con aspiraciones serias.
Ocurre que Central tuvo que batallar más de lo que pudo jugar. Porque el andamiaje que armó Coudet, más de nombres que táctico, no encontró en la interpretación de los jugadores las respuestas esperadas.
Con un Musto corriendo de un lado al otro del mediocampo, sin demasiada ayuda de los volantes que lo acompañaban (Martínez y Camacho), al 5 canalla le comían fácil la espalda y desde ahí el equipo rafaelino proponía un juego de salida rápida y ataque vertiginoso. Sin la contundencia ni claridad necesarias por sus propias limitaciones.
Lo dicho, Lo Celso se animó a patear desde afuera del área a los 2' (fuerte pero a las manos del arquero Hoyos) y eso fue prácticamente todo lo que generó Central en el primer tiempo. Sólo hubo lugar para una arremetida de Teo Gutiérrez luego de que Ruben no pudiera impactar de lleno al balón.
¿La Crema? Poco y nada también. Apenas un anticipo de Ramírez en el primer palo, tras un córner de Luna, que dio en el vertical izquierdo de Sosa.
Y si lo del primer tiempo fue flojo, qué decir del complemento, cuando a Mauricio Martínez y Camacho no sólo les costó entrar en circuito, sino que el ex Racing perdió un par de pelotas que Rafaela no terminó como quiso, nuevamente, por sus carencias futbolísticas.
Y así, Teo y Ruben peleaban más de lo que jugaban allá arriba. No había pelota que les llegara limpia. La única que le quedó al goleador canalla fue tras una gran asistencia de Lo Celso que terminó con un remate cruzado pero desviado desde una posición inmejorable.
Con el centro rasante de Ramírez que Borgnino impactó con dificultad y definió de manera pésima debajo del arco se cerró este partido "horripilante", según palabras del propio Coudet. Por eso, el cero fue el mejor calificativo.